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Italia volvió ayer a pedir responsabilidades a Europa y a la comunidad internacional ante el drama que se vive en el Mediterráneo, después de rescatar a más de 4 mil 500 inmigrantes en las últimas 24 horas y hallar 17 cadáveres en una barcaza.
“No hay duda de que, sobre el tema de la inmigración en general, todos los países europeos pueden hacer más. Por el momento se ha celebrado un Consejo Europeo y estoy convencido de que se encontrará un acuerdo”, dijo ayer el primer ministro italiano, Matteo Renzi, respecto al sistema de cuotas que ha propuesto la Comisión Europea para repartir a 40 mil demandantes de asilo entre los países comunitarios y que aún debe ser aprobado.
Pero para Italia el problema no son únicamente los 40 mil demandantes de asilo, ya que se trata de una cantidad mínima si se tiene en cuenta que sólo en la última semana han sido rescatados más de 6 mil inmigrantes.
El ministro italiano del Interior, Angelino Alfano, alertó de que, mientras no se aborde a nivel internacional el conflicto en Libia, “será difícil detener los desembarcos de inmigrantes”.
Italia vivió una de las jornadas más duras en cuanto a la llegada de inmigrantes desde el norte de África.
El viernes fueron rescatadas 4 mil 223 personas en 22 operaciones, al ser localizadas a la deriva nueve barcazas y 13 lanchas neumáticas, mientras que ayer se produjo el salvamento de otros 311 inmigrantes que viajaban en tres embarcaciones, además de localizarse otras dos naves con problemas, informó la Guardia Costera italiana.
En una de las operaciones del viernes, el buque Fenice de la Marina militar encontró 17 cadáveres entre los dos centenares de inmigrantes que viajaban hacinados a bordo de una lancha neumática, después de recibir una llamada de socorro desde un teléfono por satélite. Todo indica que las muertes se debieron a las duras condiciones del viaje.
En estas difíciles horas para Italia, ha sido importante la colaboración de las embarcaciones que forman parte del operativo europeo Tritón, ya que buques de las Marinas irlandesa, británica y alemana han participado en las labores de rescate.
Así, el barco de la Marina británica Bulwark atracó ayer en el puerto de San Cataldo, en Taranto (región sureña de Apulia), para proceder al desembarco de 747 inmigrantes, entre ellos 84 mujeres y 30 menores, rescatados en el Canal de Sicilia el viernes.
A Cagliari, en la isla de Cerdeña, llegó el buque alemán Hassen con 900 inmigrantes a bordo y en Palermo (Sicilia) atracó el irlandés El Eithne con 410 personas. Se esperaba la llegada de otros mil a bordo del buque de la Marina italiana Spica al puerto siciliano de Pozzallo.
Atentado contra la vida
En este contexto, el papa Francisco afirmó ayer que el dejar morir a los migrantes que viajan en barcazas en el Canal de Sicilia constituye un “atentado contra la vida humana”.
Durante una audiencia para miembros de la Asociación Ciencia y Vida, en el Vaticano, el Pontífice dijo que “el mal del aborto es un ataque a la vida. Es un ataque a la vida dejar morir a nuestros hermanos en los barcos en el Canal de Sicilia”. Tampoco es aceptable, añadió, la muerte a causa de la desnutrición, el terrorismo, la guerra, la violencia y la eutanasia. Agencias