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Un ex funcionario de la CIA fue sentenciado a tres años y medio de prisión por filtrar detalles de una misión secreta para desbaratar las ambiciones nucleares de Irán.
Jeffrey Sterling de O'Fallon, Missouri, enfrentaba una sentencia recomendada de 20 años o más según las pautas federales de sentencia por trasgredir la Ley de Espionaje.
Un jurado lo condenó en enero por revelar al periodista del New York Times James Risen un plan secreto para engañar al gobierno de Irán filtrando planos nucleares erróneos por medio de un intermediario ruso.
La fiscalía reclamó una sentencia severa en la audiencia en un tribunal federal de Alexandria. La defensa dijo que el castigo debía ser similar al del ex director de la CIA, David Petraeus, quien el mes pasado fue sentenciado a libertad condicional por revelar informaciones secretas a su biógrafa y amante.
La operación secreta involucraba el uso de un contacto de la CIA apodado Merlin, que había sido ingeniero nuclear ruso. Merlin viajó a Viena en 2000 para entregar a los iraníes planos deliberadamente erróneos sobre armas nucleares, con la esperanza de que pasaran años tratando de desarrollar partes que jamás funcionarían.
La ex secretaria de Estado y asesora de seguridad nacional Condoleezza Rice atestiguó en el juicio a Sterling que la misión de Merlin fue una de las pocas opciones disponibles para Estados Unidos en su intento de detener el programa nuclear iraní. Dijo que la misión había sido uno de los secretos más celosamente guardados durante su gestión en seguridad nacional.
Risen publicó detalles de la operación Merlin en su libro del 2006 "Estado de guerra" . Intentó publicar un artículo en el 2003, pero Rice persuadió a los editores que no lo publicaran aduciendo que podía poner vidas en peligro.
Sterling fue investigado durante años como posible fuente de la infidencia y fue encausado en 2010. El juicio se demoró cuatro años, en parte por discusiones legales acerca de si Risen podía ser obligado a atestiguar. Un tribunal de apelaciones falló contra Risen, quien buscó inmunidad amparándose en la Primera Enmienda constitucional.
Sin el testimonio de Risen, la fiscalía preparó un caso basado en pruebas circunstanciales, entre ellas contactos regulares entre Risen y Sterling por teléfono y correo electrónico, aunque nunca demostró que los dos hubiesen discutido material secreto por esas vías.