Más Información
Sheinbaum supervisa avances de la Línea 4 del Tren Ligero en Guadalajara; “siempre será bienvenida a Jalisco”: Lemus
ONG obsequia implantes anticonceptivos a mujeres migrantes; buscan dar acceso a servicios de salud sexual
El abrumador triunfo de los candidatos de Morena y las celebraciones que se dieron durante y posteriormente a la jornada electoral elevan las muy altas expectativas que la gente tiene respecto al próximo gobierno. La figura del futuro Presidente de la República y su lucha de décadas dentro del sistema político revisten un gran simbolismo. AMLO tiene la oportunidad de pasar a la historia como uno de los mejores Presidentes si es capaz de leer bien las razones por las que ganó y lo que la gente espera que haga desde la Presidencia de la República.
¿En qué se debe concentrar el Presidente electo y los gobernadores electos que pertenecen a su partido? Lo primero es realizar una especie de “operación cicatriz”, pero no solamente respecto a sus ex rivales políticos, sino con las personas que con todo derecho no están de acuerdo con sus propuestas.
Hay que intentar generar un clima de unidad para hacer frente desde su toma de posesión a los enormes retos que enfrentará el nuevo equipo de gobierno. Más vale empezar enseguida con la interlocución con todos los actores relevantes, desde el gobierno actual hasta el empresariado, desde los diálogos diplomáticos hasta los liderazgos feministas, indígenas, de campesinos, sindicales, etcétera; con todos se debe hablar, se debe exponer una agenda de trabajo y se deben ir fijando prioridades. El próximo gobierno va a tener éxito en la medida en que sea incluyente y no excluyente, en la medida en que sepa sumar y no dividir, como ya lo hizo el propio AMLO desde la campaña electoral.
Su primer discurso luego de conocerse los resultados electorales permite vislumbrar ese tono conciliador que mucha falta le hace al país y que AMLO ha sabido utilizar con prudencia. Ojalá sigan su ejemplo otros políticos de su formación partidista, puesto que eso ayudará a todos a llegar en buenas condiciones a sus respectivas tomas de posesión.
Una vez que llegue al cargo, le tocará a AMLO comenzar a cumplir las enormes expectativas generadas por el tema en el que basó medularmente su campaña electoral: el combate a la corrupción. El primer paso debe ser consolidar el todavía inarticulado Sistema Nacional Anticorrupción, el cual ya está en vigor, pero en la práctica no ha servido para (casi) nada, debido en buena medida a la falta de voluntad y capacidad simuladora del gobierno. Las leyes y reglamentos ya existen; hace falta aplicarlos a cabalidad y sin excepciones. La política del sexenio debe ser de cero tolerancia hacia actos de corrupción, vengan de donde vengan.
Otro tema que va a requerir atención inmediata es el panorama económico, que luce muy complicado hacia adelante. La posible liquidación del TLCAN, la depreciación del peso frente al dólar, la debilidad del crecimiento, la persistencia del trabajo informal, los bajos ingresos de trabajadores son temas que afectan a decenas de miles de mexicanos y que deben ser materia de análisis del equipo económico de AMLO.
Un tercer asunto debe ser la relación entre el gobierno federal y los gobiernos locales, tanto a nivel estatal como municipal. México es un país enorme y no podemos pretender que sus problemas se resuelvan desde una oficina en el centro del país. Tanto gobernadores como presidentes municipales deben poner de su parte para construir una nueva gobernabilidad y hacer frente a los grandes desafíos. Un ejemplo del papel de los poderes locales: 92% de todos los delitos cometidos son de competencia local y no federal. Sin el auxilio y compromiso de los gobiernos locales, no puede haber lucha exitosa contra la delincuencia, tan sencillo como eso. AMLO ha recorrido varias veces el territorio nacional. No le costará identificar a los liderazgos locales cuyo apoyo requiere y convencerlos de que se sumen a su tarea de gobierno. Ese trabajo puede empezar enseguida; no hace falta esperar a diciembre.
Ojalá también, dentro de sus muchas tareas pendientes, AMLO y su equipo más cercano puedan diseñar una buena campaña de comunicación. Será muy relevante que expliquen con claridad qué quieren hacer a partir de diciembre y cómo van a lograr aterrizar sus promesas de campaña. Pero esa explicación debe llegar a todos los mexicanos y ser comprendida. Hay que ser claros y transparentes respecto a lo que veremos cuando empiece el nuevo gobierno.
Tienen por delante una tarea enorme. Ojalá aprovechen el enorme bono democrático que recibieron el domingo en las urnas. A todos nos conviene.
Investigador del IIJ-UNAM