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Atizapán, Méx.— “Ya me da miedo vivir ahí”, dice Verónica Hernández López, habitante de la casa número 137 A de calle Loro, fraccionamiento Mayorazgos de los Gigantes, en este municipio.
Alrededor de las 17:00 horas del viernes se fracturó el Río Verdín y el agua venció el muro de concreto de 1.5 metros de ancho que lo separa de las viviendas. El alud de líquido y lodo entró a la vivienda de la joven, rompió vidrios, arrasó con muebles y salió por calle Loro y Paseo de Los Halcones.
Dos trabajadoras domésticas cuidaban al niño de un año cuatro meses. Una de ellas alcanzó a subir al segundo nivel y la otra, Mariela Nazario, de 23 años, salvó al menor y logró que subiera, pero ella fue arrastrada y tragó gran cantidad de agua.
Hernández López relata que durante una hora peregrinaron para que Mariela fuera recibida en algún hospital público como la Cruz Roja y los hospitales Herrejón, en Atizapán, y Maximiliano Ruiz, en Naucalpan. Finalmente la joven fue internada en un hospital particular con neumonía.
El bebé y la otra joven fueron rescatados por bomberos del segundo piso de la vivienda y se refugiaron en la casa de un vecino.
La tarde de ayer Verónica Hernández López regresaba a su domicilio y ya no pudo pasar; el agua inundaba las calles. Caminó entre el líquido hasta que un bombero le impidió el paso, quien la cargó para que se reuniera con su bebé en la casa del vecino.
“Estaban mi bebé y las dos niñas que me ayudan. Una está muy delicada, tiene neumonía por salvar a mi hijo, no alcanzó a subir y la arrastró [el alud]. Tragó mucha agua. Mi bebé estaba abajo porque lo habían bajado para que comiera, cenara, empezaron a ver [que entraba agua] y lo subieron rápido”, explica.
Doña María Engracia, habitante de Paseo de Los Halcones, dice que escuchó un estruendo y enseguida el agua comenzó a correr por la calle.
Recuerda que en 2011 se cayó la barda de su vecino de al lado luego de que igualmente se fracturó el talud del canal de aguas negras que corre justo detrás de sus viviendas.
“Fue un ruido estruendoso, me dio miedo. Pensé ‘otra vez se reventó’. Ya es mucho, ya estamos hartos. No sabemos en qué momento nos va a tocar”, expresa molesta.
Alberto Warnery, también vecino de la comunidad, dice que es la cuarta ocasión que se fractura el revestimiento del canal y el agua corre por calles de Mayorazgos de los Gigantes.
Agrega que la primera ocasión ocurrió hace unos 25 años y las otras tres en los últimos 10 años.
“Entró el agua por una casa, rompió cristales, arrasó muebles, salió por el otro lado, se metió en las casas de enfrente y ha sido un verdadero problema. La fuerza del agua realmente es impresionante”, insiste.
Asegura: “Realmente está mal. Hemos pedido que se entube este canal, pero hasta ahorita no ha habido respuesta. Esperamos que después de esta vez tomen la decisión”, dice.