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Karol, tiene 8 años, vive en Ecatepec y se llama así por Juan Pablo II y hoy durante la misa del papa en su ciudad se acercó a los periodistas que vuelan con el pontífice les hizo una petición: "Decirle al papa que rece por mi papá para que pueda encontrar un trabajo".
Esta y otras peticiones al papa son las que hoy llevaron a Ecatepec los más de 300.000 mexicanos que asistieron a la misa en la gran explanada del Centro de Estudios de este municipio mexiquense.
La ciudad más poblada de México y donde Francisco insistió en ir para llevar un mensaje de esperanza ante el alto nivel de marginalidad y los espeluznantes números sobre la violencia.
"Nos gustaría que el papa trajese un mensaje de esperanza. México lo necesita", explicó a la agencia EFE Manuel Hernández, que ha llegado desde Tenancingo para poder asistir a la misa de Francisco.
Manuel también explica que fue emigrante durante 6 años en Estados Unidos y que tuvo que regresar y espera que el Papa hable de quienes se tienen que ir de México.
"Qué nos traiga esperanza, bendiciones, armonía y que convierta el corazón de los malvados", eran las peticiones de un grupo de mujeres que llegaban de una parroquia de Ecatepec.
"Que cambie todo esto", añadían al hablar de los impresionantes números de feminicidios en esta ciudad, donde cerca 600 mujeres fueron asesinadas en los últimos tres años. Ecatepec "es una zona roja para las mujeres", criticaban la impunidad ante los autores de estos crímenes "que quedan libres en pocas horas.
Cristina, la madre de Karol, explica a que la situación en Ecatepec es "muy dura". Ella y su marido no tienen trabajo y no saben cómo sacar adelante a sus dos hijos. Situación que lleva ya dos años, desde que perdieron el trabajo. Por ello, Karol, con la inocencia y la espontaneidad de los niños, pasa por debajo de la valla, se acerca adonde están los periodistas, y expresa su petición para Francisco porque él "lo quiere mucho".
Karol y su madre han pasado la noche junto a decenas de miles de personas al frío y a pesar de que llevan muchas horas en esta explanada polvorienta, no han comido, y no pueden ir al baño, no pierden la sonrisa.
"Este es nuestro papa", explican, porque sobre todo "habla nuestro idioma y le vamos a poder entender", comentan algunos de los fieles.
Para muchos de ellos, un Pontifice que habla español es "lo mejor que podía pasar".
A los mexicanos el papa les pidió "estar en primera línea" para "hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad".
"Una tierra, donde no haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos", les dijo.
"Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte", clamó Francisco ante las más de 300.000 personas en la explanada de Ecatepec.
El papa Francisco no les defraudó.
msl