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“Se metieron a mi casa y estaban mi esposa y mis dos hijas. Les dieron de toques, les pegaron y se llevaron dos coches -una camioneta y un coche-, se llevaron dos pantallas, alhajas, dinero no porque no había”, relata un habitante del fraccionamiento Valle Dorado, ubicado en este municipio.
El asalto ocurrió en junio pasado: “Se llevaron varias cosas y tiene (más de) dos meses que hicimos la denuncia y hasta ahorita no nos han entregado ni un papel, que se pasa a uno, que se pasa al otro y al otro, que venga dentro de ocho días y no hacen nada”.
- ¿Son estas personas?-, preguntó un policía ministerial el día que iniciaron la denuncia, quien mostró fotografías en un teléfono celular.
- Sí, estas son-, contestó una de las víctimas.
-Ah, sí, estos cabrones andan en Valle Dorado-, respondió el investigador.
Hasta el momento no ha habido ningún resultado y los delincuentes siguen impunes.
Mónica Ramos, habitante de Valle Dorado, dice que “somos botín de la delincuencia”, pues ante la falta de respuesta de la policía municipal los ladrones hacen lo que quieren en la comunidad.
“Ha habido tres asaltos por semana. El último un padre de familia, dejó a tres hijos en la orfandad por defender su familia. Hemos pedido audiencias, que nos permitan cerrar las calles, cualquier cantidad de cosas y las autoridades nos dicen que no hay suficientes patrullas, que no hay gasolina”, afirma.
La mujer concluye: “Le valemos madre a la gente que nos gobierna”.
Antonio Ortiz Montaño, ex presidente de la Asociación de Colonos de Valle Dorado, menciona que los asaltos pasaron de saquear las viviendas cuando no había nadie, a tomar como rehenes a las familias y obligarlas a entregar sus pertenencias.
“La situación está muy crítica. Estamos en manos de la delincuencia. Ya todo mundo queremos cerrar las calles. En vez de que los delincuentes estén encerrados, ahora somos nosotros los que estamos encerrados. Aparte de que ya no podemos andar en ninguna parte, nos asaltan en los bancos, se meten en las casas”, dice.
Añade: “Ya perdió la delincuencia esa especie de miedo a la policía por la impunidad, ya cualquier ratero nos asalta porque la policía no los mete a la cárcel, eso se llama impunidad, estar conjuntamente con los rateros. El doctor Eruviel nos dice que la seguridad está bien. No es cierto”.
Más de 600 habitantes de Valle Dorado marcharon la noche del pasado 23 de septiembre por calles de su comunidad y durante dos horas bloquearon avenida Jinetes, casi en su entronque con Periférico Norte, para exigir a los gobiernos estatal y municipal mayor seguridad.
Luego de la protesta, que generó severo caos vehicular en la zona, autoridades estatales y municipales se comprometieron con los pobladores a incrementar a ocho patrullas las que vigilen Valle Dorado, Las Arboledas, El Dorado y Pirules, apoyados con motocicletas del Grupo de Reacción Inmediata de la policía municipal.
También prometieron que analizarán las solicitudes para cerrar calles de Valle Dorado, salvo avenidas principales.