De gran importancia estratégica desde tiempos remotos, la calzada de Tlalpan constituye hasta el día de hoy, una de las principales vías de comunicación dentro de esta gran ciudad de México
La calzada de Tlalpan es un antiguo camino de origen prehispánico construido por los Mexicas para unir a Tenochtitlán con los pueblos ribereños del sur, principalmente con el señorío de Iztapalapa.
De forma recta, como era una costumbre constructiva del pueblo Mexica, la calzada corría al sur hasta el actual cruce con Ermita y luego doblaba en ángulo recto hacia el oriente para alcanzar primero, el pueblo de Mexicaltzingo y de ahí a Iztapalapa.
Más adelante la calzada se extendió al sur para alcanzar las poblaciones de Huitzilopochco (Churubusco) y Tlalpan, y un ramal al poniente para llegar a Coyoacán.