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El gobierno federal y las autoridades ambientales “se han quedado cortos” en la aplicación de medidas para mejorar la calidad del aire y evitar las contingencias, advirtieron organizaciones civiles.
Para Bernardo Baranda, director para América Latina del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), las medidas son más de reacción ante la crisis que de fondo, puesto que no se ha avanzado en la creación de una política pública que establezca “pasos concretos” para mejorar la calidad del aire en la Megalópolis.
Resaltó que si bien las inversiones, como la de 4 mil millones de pesos para la renovación del transporte público, contribuyen a aminorar el problema, se requiere de mayores recursos para eficientar el transporte público y hacerlo atractivo para la población a fin de que disminuya el uso del automóvil.
Baranda indicó que entre los pendientes se encuentra la homologación de los estándares de verificación en la zona Megalopolitana, puesto que hay casos como los de Morelos en los que no se realizó la verificación vehicular cuando entró en vigor la Norma 167, además dijo que se requiere establecer la Norma 016 para regular la calidad de los combustibles, la cual aún se encuentra en proceso.
Areli Carreón, consultora de movilidad en Greenpeace, indicó que las autoridades “le han quedado a deber” a la ciudadanía puesto que siguen sin ejercerse acciones concretas para remediar la problemática de la contaminación como es la actualización de normas para regular todas las fuentes de emisión.
Ponen ojo a industria. A siete días de mantener la Fase 1 de contingencia ambiental, activistas consideraron insuficente y fracasada la práctica de sacar de circulación los automóviles, pues el problema de fondo está en las casi 50 mil calderas de la industria de la Megalópolis y en las 250 mil toneladas de excremento de perro en la vía pública. Además de la presencia de 5 millones de estufas de gas, el mismo número de boilers y la refinería de Tula.
“Se han equivocado los gobiernos federal y local en esta práctica, se ha jugado a esta estrategia que funciona como una simple cafiaspirina. Detener autos me parece algo así como si tienes cáncer y te estás muriendo te dan sólo esta pastilla, por eso insisto toda la propuesta ha fracaso”, aseguró el ingeniero químico del IPN, Carlos Álvarez.
El también presidente de México Publicación y Ambiente A.C. aseguró que no existe voluntad política ni industrial para resolver esta problemática y se evidencia con estos siete días de contingencia que demuestra que las medidas son insuficientes.