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Dueños de negocios en la Zona Rosa tomarán medidas de austeridad ante el cierre de vialidades provocado por las obras de rehabilitación que lleva a cabo la delegación Cuauhtémoc.
Ricardo Gómez, quien administra un bar en la calle de Génova, comentó que no podrá contratar a un mesero extra, por lo que el trabajo recaerá en tres personas que mantendrán su sueldo.
“No les podemos subir el salario porque hemos tenido poca gente y menos ganancias. Hasta hace unos meses nos podíamos abrir un poquito hacia la calle, poníamos unas dos o tres mesas afuera, ahora estamos limitados adentro, y eso nos reduce la clientela”.
Afirma que, a tres meses de iniciadas las obras, la disminución de la ganancia no ha sido tan drástica.
“Lo que hemos hecho es poner a un compañero a repartir volantes en Reforma o más adelante donde no hay obras, para que la gente no piense que estamos cerrados”, dijo.
Cinthya Hernández, visitante de la Zona Rosa, comentó que las obras ahuyentan a la clientela pues hacen pensar que los negocios están cerrados.
“Pues tú ves la calle abierta, ves que ya no hay mesas, que quitaron todo, pues ni entras”, dijo brevemente.
“¡Apúrense!”. Al respecto, el presidente de la Asociación de Comerciantes de la Zona Rosa, Jorge Eduardo Pascual, dijo que pedirá a la delegación apurar los trabajos, pues los bares y restaurantes del área comienzan a resentir la falta de clientela.
“Así lo contemplábamos, no hay forma de que una obra de esta índole no afecte a los negocios, nosotros apoyamos esto. Nosotros les pedimos: ¡apúrense!, porque a nosotros nos perjudica de sobre manera”.
De acuerdo con Eduardo Pascual, la Zona Rosa cuenta con 650 negocios que se ven afectados por los trabajos de rehabilitación. En entrevista, el líder comerciante afirmó que las obras van retrasadas, pues la delegación ya debería haber abierto diversos frentes.
“En tres meses deberían tener un avance de 35%, y no llegan ni a 15%. Ya era para que hubieran concluido Génova, Hamburgo, Havre, Londres”.