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Uno de los retos que Oscar Uriel tomó en sus manos al producir la puesta en escena Noche de reyes es que las nuevas generaciones sepan que un escritor clásico como William Shakespeare no es sólo para versados en la materia, que nada tiene de aburrido, y sí, es muy actual.

“Siento que la aproximación y la manera en que se ha abordado es muy legible, muy contemporánea, siento que estos montajes, como los Chéjov que hicimos (La gaviota y Tío Vania), para el público en que pensamos es en los jóvenes, si un chavito viene, le gusta lo que ve y llegua a su casa a googlear William Shakespeare, yo me doy por satisfecho, pero tampoco es que sea didáctica porque las cosas escolares no me gustan mucho”, dijo Oscar Uriel.

Para realizar la adaptación y también dirigirla en el escenario del Foro Shakespeare, al cual llegará el 3 de marzo; Oscar Uriel eligió junto a sus socios de La Rama Teatro, a Alonso Íñiguez, quien logró dar forma a una versión muy peculiar de este texto escrito en 1602, en el que combinó un poco de cabaret y música isabelina.

“Hacer Shakespeare es un placer, es tan basto y tiene tantas lecturas que uno puede navegar ampliamente en él. Nos aventuramos a escoger un tono y a montar la obra en un lugar que tiene que ver con el cabaret alemán, eso hace que la obra se dispare hacia ciertos lugares muy hilarante y musicales, desde el inicio hasta el fin hay canciones”, explicó el director.

Para lograr que esta versión de Noche de Reyes quedara tal cual la visionó, se reunió un elenco de experimentados actores, Carlos Aragón, Sofía Sisniega, Majo Pérez, Salvador Petrola, Plablo Chemor, Adriana Montes de Oca, Jacobo Lieberman, José Ponce y Antonio Alcantara. “Creo que es el elenco más talentoso con el que he trabajado, cantan, bailan, son buenos para el drama, para la comedia, tienen una disciplina de deportistas, al final siento que el que gana es el público, porque se le hace justicia a los textos”, declaró el productor.

Esta obra aborda el tema de las deducciones equivocas en la identidad sexual, además de poseer un desenlace bienaventurado con un tono semiamargo. “Es una historia que habla sobre la pasión, normalmente en las obras la pasión es castigada, en ésta Shakespeare hace un poco lo contrario, los personajes que se dejan llevar por sus pasiones son los que terminan triunfantes. En una época en la que estamos viviendo tanda división y segregación, creo que es interesante abordar una obra que habla sobre cómo el amor y la música no tiene género, el amor es amor, es un buen momento para poner una obra como esta”, señaló Alonso Íñiguez.

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