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Los diputados de la Asamblea Legislativa iniciaron bien la semana en materia de puntualidad y permanencia durante las sesiones ordinarias. El problema es que las reuniones no acabaron del mismo modo.

En la primera semana en que en lugar de sesionar dos días fueron tres y ante la amenaza de ser amonestados públicamente, sólo 19 asambleístas no llegaron a tiempo, aunque esto no afectó el trabajo legislativo.

Después de que la Comisión de Gobierno acordara evidenciar públicamente a quien no llegue temprano o se retire —sin justificación— de las sesiones ordinarias, el quórum mayor se registró este martes con la asistencia de 59 legisladores locales.

Por casi siete horas, sólo cinco se ausentaron del recinto. Muchos salían y entraban al pleno para atender reuniones de comisiones, pero regresaban para emitir su voto. Minutos antes de concluir la sesión, ya no había más de 25 asambleístas.

El miércoles se notaron más ausencias; la sesión arrancó con 47 diputados y no hubo más que 15 minutos de tolerancia, contrario al día anterior, donde se iniciaron los trabajos a las 9:20 de la mañana.

Ayer, a efecto de verificar si existía quórum, hasta se contabilizó con el levantamiento de mano. Nuevamente llegaron sólo 47. Una de las que se encontraba en el recinto, pero no registró votación por la mañana, fue la perredista Janet Hernández Sotelo.

La Ley Orgánica de la Asamblea Legislativa señala en el artículo 21 que cuando un diputado falte al pleno por más de cinco sesiones consecutivas en un mismo periodo, sin causa justificada, se llamará al suplente.

Además el artículo 24 detalla que el asambleísta que no concurra a una sesión sin permiso de la Mesa Directiva, no tendrá derecho a la dieta correspondiente al día en que faltó.

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