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En la Ciudad de México hace falta metodología para pedir soluciones a problemas urbanos, para eso, la figura del auditor ciudadano podría visibilizar las necesidades de los peatones y proponer posibles respuestas para combatir los casi 400 mil accidentes viales que ocurren al año.

Paco de Anda, especialista en seguridad vial, sostuvo que las auditorías ciudadanas son un mecanismo para empoderar a las personas que, sin ser peritos de tránsito, pueden evidenciar los puntos en los que ocurren la mayor cantidad de incidentes para que los gobiernos intervengan.

Dijo que 56% de las muertes por hechos de tránsito ocurren con peatones y los ejes viales son zonas en donde estos se incrementan, pues a pesar de que se concibieron como vías rápidas, actualmente en ellas confluyen muchos tipos de cruces incluyendo los que utilizan las bicicletas, motos y los que van a pie.

De acuerdo con De Anda, es importante eliminar la preferencia que existe hacia el automóvil y dejar de pensar en la creación de puentes, pasos a desnivel y cualquier tipo de construcción que deje de lado al peatón ya que hace que se le considere como un “estorbo urbano”.

Explicó que con el ejercicio sistemático de una auditoría, el ciudadano puede darle a su representante en el gobierno los datos completos de las zonas que requieren ser intervenidas, pues esta metodología evidencia que hay espacios que los peatones consideran más seguros.

“Todos hemos visto que hay lugares en donde la gente prefiere cruzar una calle que no precisamente es una esquina. Esto responde a una necesidad, es decir, ese lugar quizá funciona para acortar distancias o porque se considera más seguro atravesar ahí que en otro punto, por eso los usuarios lo van a preferir, entonces se trata de que ahí la autoridad haga cruces iluminados y senderos más caminables”, dijo.

Una auditoría ciudadana consiste en identificar un punto en el que, con base en datos, se determine que significa un riesgo para los peatones, no importa si se ubica en una avenida principal o calle secundaria. Después, este mismo lugar tendrá que cumplir requerimientos con base en un formulario, “esto hace que su peligrosidad no solo dependa de la percepción sino de situaciones demostrables”.

El especialista en seguridad vial señaló que una vez que se tienen los datos necesarios se debe hacer llegar a una autoridad para que sea esta quien analice con pruebas, si las modificaciones son necesarias.

Paco de Anda sostuvo que desde hace varios años, especialistas han propuesto que en los manifiestos de construcción se agregue un verdadero estudio de impacto y la aprobación de la obra hecha por auditorías ciudadanas, con el objetivo de que la población forme parte de los proyectos. Sin embargo, dijo, la propuesta ha sido rechazada.

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