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david.fuentes@eluniversal.com.mx
Con la entrada en vigor de la Reforma Penal, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCM) advierte que durante los primeros casos, debido a que el proceso no será dominado a la perfección por los jueces, Ministerios Públicos y los agentes de campos, más casos como la liberación de Raúl Martínez Gutiérrez El Santero — acusado de secuestro— por un tecnicismo, podrían continuar presentándose.
Así lo dio a conocer el presidente del órgano autónomo, Edgar Elías Azar, quien dejó en claro que para evitar estas situaciones se deben integrar bien los expedientes de cada caso, para que los jueces puedan hacer su trabajo correctamente, pues el Tribunal Superior de Justicia no es un instrumento de linchamiento, de venganza y mucho menos se busca inventar culpables o chivos expiatorios.
Refrendó que las órdenes de la Suprema Corte de Justicia simplemente se tienen que acatar, pues es un colegiado el que toma la última palabra y decide qué es lo correcto, omitiendo con esto de responsabilidades tanto a la procuraduría capitalina como a los jueces del tribunal local.
“Con el nuevo sistema penal acusatorio, conforme a las reglas que ha marcado la Suprema Corte de Justicia, esperen más casos como éste [de El Santero]) o quizá más lamentables, pero la ley se tiene que aplicar. Los procedimientos, las valoraciones y reglas que dicta la Corte se tienen que respetar en toda su cabalidad”.
“No estoy juzgando si fue buena o fue mala la resolución del Tribunal Colegiado, pero nuestro Tribunal condenó a él y a todos los demás participantes a 60 años; revocaron esa sentencia y volvimos a dictar una segunda sentencia donde se les vuelve a condenar a 60 años, a todos, inclusive a él”, explicó Elías Azar quien detalló que según el expediente, El Santero no participó activamente en el secuestro, sólo hizo una limpia para que el “negocio” saliera bien.
Sin culpar a nadie, el presidente magistrado reveló que varias pruebas analizadas por el Colegiado fueron desechadas porque no venían correctamente armadas, por lo que al momento en que el juez se quedó sin pruebas tuvo que dictar sentencia y ésta fue a favor del imputado: “Viene un amparo, en donde nos señala y nos excluye pruebas, para el efecto de que vuelva a ser sentenciado porque las pruebas no venían correctamente armadas”, continuó el magistrado.
Aclaró que el resto de la banda está condenada a 60 años de prisión por sentencia firme. “Todos los secuestradores están condenados”.
Confió en que con la capacitación que se la ha dado a jueces, ministerios públicos y policías capitalinos se puedan evitar más liberaciones por cuestiones técnicas o por no integrar bien un expediente, advirtió que para esto se necesita tiempo y práctica.