Después de viajar por el mundo, el chef David Hertz regresó a Brasil con el corazón y la mente llenas de ideas para poner en práctica dentro de su país. Sin embargo lo que encontró fue una desigualdad social y un contraste excesivo entre la pobreza de estos barrios brasileños y la alta sociedad, que lo desconcertó.

Motivado por esta necesidad de un cambio, David planteó una organización, en donde se utilizara la gastronomía, más que como una finalidad o un producto, como una plataforma de educación para las personas en situaciones de vulnerabilidad.

“No es sólo enseñar a cocinar, sino motivar el desarrollo personal” comenta Claudia Ramírez, country manager de Gastromotiva. “Recuerdo el caso de una alumna, que fue cuando me enamoré del proyecto, había una retroalimentación, una gratitud por las clases pero faltaba entender al beneficiario, al alumno. La problemática no sólo era enseñar técnicas de cocina, era hacer un cambio, usar la gastronomía para promover el empoderamiento y el desarrollo personal.”

En México

Después de más de 10 años de éxitos en Brasil, la propuesta de Gastromotiva tenía que salir. Alejandro de la Peña, socio del Grupo Son Restaurantero, propietario de varios establecimientos en el país, fue el interesado en que esa magia que estaba ocurriendo en Gastromotiva, viniera a México y le extendió la invitación a David Hertz, quien aceptó.

De ahí fueron unos meses agitados, viendo la compatibilidad del proyecto, visitando las operaciones en Brasil y buscando comedores comunitarios, bancos de alimentos y fundaciones; en resumen, buscando el apoyo para echar a andar la iniciativa.

En alianza con Grupo Son Restaurantero y el Instituto Gastronómico Corbuse de ALIAT Universidades, Gastromotiva comenzó en Coacalco, Estado de México en febrero de 2016. Allí, en las afueras de la capital, empezó con un grupo piloto de 28 estudiantes. Al ver los resultados tan favorecedores, hicieron un segundo grupo, teniendo un total de ambos de 54 alumnos beneficiados, sin embargo la apuesta va por más.

En 2017 planean tener 5 grupos, de personas de 18 a 45 años en situaciones de vulnerabilidad social. De un costo totalmente gratis, cubriendo materiales y uniformes, el único requisito además de saber leer y escribir es tener interés y pasión por la gastronomía.

En 4 meses, los alumnos aprenden en los módulos: higiene, bases de gastronomía, panadería, repostería, econogastronomía y cocina mexicana. Además, reciben clases enfocadas en el desarrollo personal, en donde aprenden sobre empoderamiento, ciudadanía, responsabilidad social y compromiso.

Una de las materias más importantes es la llamada “Trabajo de Acción en la Comunidad” o TAC. En TAC, los estudiantes regresan a sus comunidades con un proyecto concreto en donde enseñan y aplican lo aprendido, para multiplicar el conocimiento y contribuir a la transformación de la vida de los demás.

Después y para recibir su diploma los estudiantes deben cumplir otros 2 meses, adentrándose a la experiencia laboral dentro de la red de empresas y restaurantes que apoyan a Gastromotiva como La Docena, La Bodeguita del Medio, Rosetta, Paprika, Sesame, Quintonil, Pujol, Eno, Grupo Sonora Grill, Moshi Moshi, La Imperial, La Crêpe Parisienne, Alsea, Maximo Bistrot, Havre 77, Lalo y Sicario; con chefs como Ricardo Muñoz ZuritaJosefina Santacruz, Elena Reigada, Eduardo García, Antonio de Livier, Tomás Bermúdez entre otros. La finalidad es que los estudiantes se queden trabajando en estos sitios, ya de forma permanente.

La organización se mantiene buscando aliados todo el tiempo, para poder seguir difundiendo y ampliando su proyecto cada vez más; como pasa en Brasil, donde además tienen un programa de enseñanza en correccionales y penitenciarias, dando una segunda oportunidad a personas con antecedentes.

¿Cómo apoyar? “Siempre estamos buscando llegar a personas, involucrar a otros, foodies y apasionados a la cocina y a transformar realidades,” nos dice Claudia. “Pueden donar dinero, tiempo, conocimientos, horas o contactos. El objetivo es seguir creciendo e invitar a los que se sientan conectados con la gastronomía.”

Recientemente, Gastromotiva se alió con Pixza y Horno Social, un proyecto de emprendimiento social disfrazado de restaurante, de acuerdo a su director Alejandro Souza. Esta pizzería también tiene el corazón puesto en la gastronomía social y el apoyo a los más necesitados, dando oportunidades laborales y regalando una rebanada a personas de calle por cada 5 que se compran en su establecimiento. Y, hasta el 31 de marzo, van a tener la rebanada “Gastromotiva”, donando el 100% de las ganancias de esta a las clases de la organización para este 2017.

Si el rollo social no te convence, para antojarte te decimos que la rebanada además de estar hecha de la masa azul ya característica de Pixza, tendrá un topping de pollo, chile poblano, elotitos, cebolla, salsa verde, todo gratinado y con crema.

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