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Cuando hablamos de mezcal normalmente nos viene a la mente Oaxaca, aunque dicha noción no podría estar más alejada de la realidad, pues esta bebida no sólo se produce en ese estado sino que, de acuerdo con el Consejo Regulador de Mezcal, el país cuenta con nueve estados con Denominación de Origen, entre los que se encuentra el estado de Guerrero.
Lo fuerte queda claro
A dos horas y media de la ciudad de México, en el municipio de Santa Teresa Pilcaya, en Guerrero, se encuentra la Casa Resiú Nayaá, que en el idioma zapoteco significa “lo fuerte está claro”. Es una de las pocas mezcalerías que se encargan al 100 por ciento de su producción, desde la siembra hasta el embotellado y comercialización.
Se trata de un proyecto relativamente nuevo y, sin embargo, el más premiado del 2016 y con dos años de historia a cargo de Don Eduardo Fuentes quien, junto a su hija, decidieron iniciar su aventura mezcalera eligiendo así al estado de Guerrero como cuna de su bebida.
Casa Nayaá cuenta actualmente con una producción de cuatro variedades de agave: Espadín, Weber, Cupreata y el nativo de Guerrero, el agave Criollo que, como ellos mismos lo llaman, es la joya de la corona. Esta variedad se trata de un agave silvestre, de piña pequeña y producción escasa, cuyo crecimiento le toma hasta siete años y con rendimiento bajo: para obtener un litro de mezcal se necesitan hasta 14 kilos de piña Criolla.
De la mano del mezcalier Jesús Arroyo, Casa Resiú Nayaá cuenta con cinco etiquetas 100 por ciento Criollo, Weber, Espadín y un ensamble compuesto por Cupreata y Weber. Son mezcales cristalinos y puros, de sabor aterciopelado y elegante, destilados en alambiques de cobre, que conservan las propiedades del agave en la botella, sin hacer uso del sabor ahumado característico de los mezcales oaxaqueños.
Si eres apasionado del mezcal y quieres conocer más acerca de su producción, Casa Nayaá cuenta con recorridos guiados a sus instalaciones.