Más Información

Activan alerta amarilla en CDMX por lluvias persistentes; recomiendan extremar precauciones en las 16 alcaldías

SSPC destaca golpes al narco; del narcotúnel en Tijuana a la detención de integrante del Cártel de los Arellano Félix

Alertan que militares podrán desempeñar cargos de elección; podrían ser gobernadores o ministros de la Corte

Noroña no descarta buscar reelección como presidente del Senado; "no he tomado ninguna determinación", reconoce

Asesinan al secretario del ayuntamiento de Yécora, Sonora; fue ultimado a balazos al interior de su vivienda
Cada año, en cada ofrenda a los Fieles Difuntos, no falta alguna figura de alfeñique, borreguitos gordos y algunos de patas largas, palomitas, liras adornadas con flores, cruces, canastitas con frutas, cerdos, gallinitas, y las clásicas calaveritas, asomando la cabecita.
El alfeñique es una mezcla de azúcar, clara de huevo, gotas de jugo de limón y una planta que se llama chaucle o chautle (blatia campanulata). Algunos artesanos utilizan goma de tragacanto, en vez de este mucílago, semilla de nabo, semilla de amor (mora silvestre) y colores vegetales.
Expertos en esta preparación aseguran que para la preparación de tan significativas figuras, se baten las claras a punto de turrón, se agrega poco a poco el azúcar glass y el chaucle, una vez que este ha pasado por el proceso de secado al sol, molido, cernido y revuelto con agua hasta formar un líquido espeso. Finalmente, se pone el limón que es el que le da un sabor agridulce y posteriormente se le da la forma y se pinta con colores vegetales.
Se cuenta que el alfeñique es de origen árabe, llegó al continente americano con la conquista de los españoles. Aunque antiguamente en el México prehispánico ya se elaboraban figuras de cráneos adornadas con semillas de amaranto, pepitas de calabaza y mieles que se extraían del corazón del maguey y del maravilloso maíz.
Al ver tan estupenda artesanía los españoles, enseñaron sus técnicas y se dio una fusión en esta expresión artística con el encuentro entre ambas culturas. Surge en los conventos, ahí en esos recintos espirituales surgen varias figuras con una armonía única para adornar los altares a los muertos.
Estados como Puebla, Guanajuato, Aguascalientes, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Colima, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas, elaboran esta maravillosa artesanía, en día de Todos los Santos.
Y uno de los lugares que más dedica tiempo y espacio a este artesanal dulce es Toluca, en el Estado de México, ahí desde a mitad del mes de octubre sus portales venden toda la gama de alfeñique que se pueda imaginar, en La Feria del Alfeñique, donde se encuentran de todos tamaños, figuras y colores.