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Se asume como un comelón, pero también como un creador de sabores. Y es que el chef peruano Christian Bravo desde muy joven vio cómo su papá se encargaba de hacer las delicias de su casa. Así que en su adolescencia ya cocinaba parrilladas y diversos platillos para sus amigos. No obstante, en Perú, ser cocinero todavía no era una profesión, por lo que estudió diseño gráfico. “También, siempre he sido bueno para dibujar y me fue muy bien en diseño porque me especialicé en animación 3D, fui de los pioneros en mi país hace 15 años. En ese tiempo me convertí en conductor de televisión en un programa que por fortuna fue muy exitoso y duró 13 años, además trabajé como Dj porque soy apasionado de la música. Cuando tenía 26 años ganaba mucho más dinero del que un chico de mi edad podía esperar”, expresa el chef.
Su destino cambió cuando uno de sus mejores amigos abrió una escuela de gastronomía; la idea era que Christian diera clases de diseño, pero cuando él vio el concepto quedó enamorado, cerró su empresa y se dedicó de lleno a la cocina. “Nunca había pensado en la gastronomía como una profesión, en ese momento supe que eso era a lo que me quería dedicar toda la vida”, asegura el cocinero.
Actualmente, Christian dirige Bravo RestoBar, Woking Noodle Bar, que combina cocina china y japonesa, y The Wall, un restaurante que se convierte en antro. Todos sus conceptos incluyen música porque Christian sigue siendo Dj y además se involucra en la coctelería. Además es conductor de radio y televisión, y forma parte de la organización de la Feria Gastronómica Internacional Mistura.
Discurso gastronómico
La pasión de este peruano por la cocina y por su cultura lo ha llevado más allá, pues su objetivo es diseñar platillos que ayuden a la gente a comprender los secretos del umami, el quinto sabor. “"Nikkei es la segunda generación de un japonés en tierra extranjera. Pocos años después de que llegaran a Perú los primeros japoneses en el buque Sakura Maru, en 1899, el doctor Kikunague Ikeda descubrió el sabor umami; hace como 15 años se hizo masivo”, explica.
“La integración de su gastronomía con la nuestra dio como resultado nuevos platos y pudimos mejorar otros, como el cebiche que lo comíamos recocinado y ahora lo hacemos fresco con una marinación corta. En la primera investigación se descubrió el glutamato, después el guanilato y el inosinato, la unión de los tres, que existen en diferentes cantidades en todos los alimentos, es el umami, que significa sabroso”, puntualiza.
A esta combinación, Christian agrega en cada uno de sus platillos su amor por la cocina peruana, “es una mezcla de ingredientes y técnicas provenientes de varias partes del mundo, pues llegaron los españoles, luego italianos, árabes y japoneses. Toda esa relación multicultural la ha convertido en lo que es ahora”, asegura.
También selecciona la música que acompaña a la comida y, si es posible, prepara cocteles para completar la experiencia. “Me gusta poder mostrar la cocina de mi país, pero más me apasiona es la interacción con la gente y ver su felicidad; para mí, el momento que uno le regala a un cliente y te lo devuelve con una sonrisa es maravilloso, es lo que me motiva a seguir trabajando en esto”, concluye el cocinero.