Calidad del vino gallego

 

Conformada por cuatro provincias: Coruña, Pontevedra, Lugo y Orense, Galicia ofrece a los paseantes las Rutas del Vino, un viaje a través del cual se puede conocer su historia siguiendo el mapa de cada Denominación de Origen.

 

Así, entre cepas, aromas y sabores, los paseantes pueden vivir una experiencia extraordinaria al visitar viñedos inigualables en escarpadas laderas, además de degustar una gran variedad de bebidas con una gran historia.

 

 

La gran riqueza vinícola de esta región se hizo patente en la reciente edición de Vinis Terrae, un festival sólo para conocedores y profesionales de la industria, cuyo fin es presentar sus productos a distribuidores nacionales e internacionales, y que todo el mundo se entere de la gran producción que hay en este lugar.

 

El centro de convenciones Expourense, ubicado en la provincia de Ourense (Galicia-España), fue la sede de Vinis Terrae, donde los productores gellegos de las distintas Denominaciones de Origen de esta región, pudieron mostrar las virtudes de sus bebidas a importadores de diferentes países de América, como México, Perú y Estados Unidos, entre otros.

 

Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras son las cinco Denominaciones de Origen de Galicia, un sello de calidad que distingue a las bebidas de esta región, gracias a su sabor pero sobre todo a su origen autóctono, porque en la mayoría se trata de variedades (de uva) que no existen en otros lugares del mundo.

Estas denominaciones también están diferenciadas por el clima, el tipo de suelo y las distintas variedades de uva empleada en su elaboración.

 

 

Entre las principales variedades de uvas autóctona de Galicia, España destacan: Alvaradiño, Treixadura, Torrontés, Loureira, Godello, Dona Branca y Mencía.

 

La blanca Albariño es autóctona de Galicia y su antigüedad se remonta al siglo XII. Esta cepa  ocupa la mayor parte de la superficie de viñedo en la zona que comprende la D.O. Rías Baixas. 

 

 

En Galicia, más de 18 mil viticultores trabajan de forma independiente o a través de alguna de las bodegas y cooperativas adscritas a estas cinco Denominaciones de Origen como: 

 

 

Estos vinos provienen de una tierra única, compuesta por grandes valles y zonas de litoral que se entrelazan bañados por el Atlántico. Los viñedos crecen en suelos arenosos poco profundos y ligeramente ácidos. El principal pilar de esta D.O. es la variedad albariño, que actualmente representa el 94 por ciento de los viñedos inscritos. Esta D. O. abarca  subzonas:  Ribeira do Ulla,  Val do Salnés, Soutomaior,  Condado do Tea, O Rosal.

 

Como resultado de esta diversidad de variedades autóctonas, se obtienen vinos como: albariño, condado do Tea, rosal,  salines, ribeira de Ulla, Rias Baixas, barrica, tinto y espumoso.

 

 

Situada en la Galicia meridional, en el borde noroccidental de la provincia de Ourense, Ribeiro cuenta con una extensión de dos mil 800 hectáreas de viñedo ubicadas en los municipios de Arnoia, Beade, Boborás, Carballeda de Avia, Car balliño, Castrelo de Miño, Cenlle, Cortegada, Leiro, Ourense, Puxín, Ribadavia, San Amaro y Toén. En esta demarcación, los vinos se producen con uvas como Treixadura, Alvariño, Alvilla, Terrontés, Lado, Macabeo, Godello, Palomino y Loureira, únicas en esta región.

 

Entre los vinos que se producen en Ribeiro, destaca el blanco, porque representa más de  85 % de la producción de la Denominación de Origen.

 

Posee impresionantes espacios naturales como el cañón del río Sil, un símbolo del lugar Ribeira Sacra tiene una gran historia  medieval inscrita en  templos y ermitas, cuya cultura vitivinícola fue introducida por los romanos en el siglo XIII.

 

En Ribeira Sacra los viñedos destacan, entre otras cosas, porque las excelentes cepas se cosechan sobre cañones casi verticales por encima del río, algo que sólo se puede apreciar en este hermoso lugar de gran misticismo. Un espectáculo único en el mundo.

Los tipos de uvas preferentes que se dan en Ribeira Sacra son: Loureira,  Treixadura, Godello, Dona Branca,  Albariño y Torrontés (blancas), y Mencía,  Brancellao,  Merenzao, Sousón, Caíño tinto y Tempranillo (tinto).

 

Aquí, destacan bodegas productoras, como Adegas Moure, que desde su fundación, en 1958, han sido reconocidos con más de 200 premios nacionales e internacionales, gracias a la calidad de sus vinos Abadia de Cova.

 

 

Los romanos plantaron viñedos y construyeron lagares (recipientes para prensar) dando origen a esta labor vinícola que perdura en la actualidad, abarcando las superficies vitícolas de los municipios de A Rúa, Carballeda de Valdeorras, Larouco, O Barco, O Bolo, Petín, Rubiá y Vilamartín.

 

Las variedades de uvas autorizadas son: Godello, Dona Branca y Palomino o Jerez (blancos). Mencía, Sousón, Brancellao, Merenzao o María Ardoña, Negreda, Garnacha Tintorera, Alicante, Tempranillo y Grao Negro (tintos).

 

 

Esta representada por los vestigios del antiguo castillo de los Condes de Monterrei, cuyo nombre distingue a esta zona de gran riqueza arquitectónica y de paisajes naturales, en esta región se tiene otra Denominación de Origen de Galicia y cuya  vitivinicultura tiene orígenes de finales del siglo IX, de mano de las órdenes religiosas, al ser utilizado el vino como tributo para el pago a los monasterios y señores feudales. En este lugar han sido hallados hallazgos arqueológicos importantes como prensas, lagares excavados en roca y vasijas de origen romano.

 

Las variedades de uva que poseen son: Godello, Treixadura, Dona Blanca, Albariño, Loureira, Blanca de Monterrei, Caiño Blanco (blancos), Mencia, Merenzao, Caiño Tinto y Sousón, entre otras variedades, con las que se elaboran mágnificos vinos de excelente calidad que han ganado fama internacional. 

 

 

El esfuerzo en la recogida de la uva convierte a los trabajadores en unos auténticos héroes. En Europa, tan sólo el 5 % de la superficie dedicada a la viticultura está catalogada como viticultura heroica, un oficio que persiste por pura perseverancia de estos viticultores para hacer fértil la tierra y que, en el caso de Galicia, se mantiene en el sur de Lugo y en Ourense.

 

Las viñas se hallan en terrenos con fuertes pendientes, desde el 30 % y pueden llegar al 80 %, las vides se cultivan en terrazas, lo que hace la mecanización del trabajo prácticamente inviable. 

 

Si se valorase el resultado en función del esfuerzo, se podría hablar del oro líquido de Galicia. La excepción, el sistema de carriles  en las viñas para transportar las cajas, y que deja atrás los cestos y los animales, como mulas y caballos.