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Quien mucho abarca poco aprieta. Atinada reflexión respecto a más vale hacer una cosa bien que muchas mal, y es precisamente la concentración de facultades y pérdida de visión del objetivo, lo que aconteció en la Cámara Baja con la aprobación de la Iniciativa que reforma la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal por parte de las y los legisladores de Morena el martes 13 de noviembre, que sin duda es una de las reformas del nuevo diseño institucional del gobierno entrante, empero contraviene dos de los principios fundamentales de la Administración Pública: eficiencia y eficacia; trasgrede competencias y permite perpetuar prácticas corruptas.
Por ello es necesario poner en la discusión el desmantelamiento de la Secretaría de Gobernación y el raquítico marco de actuación de la Secretaría de la Función Pública, ambas han quedado relegadas; mientras que la recién creada “Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana” con su homóloga de Hacienda y Crédito Público, concentran facultades multidisciplinarias, sin contrapesos, transparencia y rendición de cuentas. Pero, por otra parte, y contraviniendo la Constitución, a Gobernación le dan facultades para el control de la radiodifusión pública, colocado de manera discreta en el dictamen sin haber pasado por la discusión, pues no venía en la iniciativa original.
Así, a la nueva Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana le han sido conferidas una desbordada cantidad de funciones en áreas sensibles que van desde el combate a la trata, los feminicidios hasta robo, extorsión y los homicidios. Sin omitir el traspaso de facultades antes consignadas a Gobernación como: políticas de protección civil, inteligencia, del sistema penitenciario, prevención de las violencias y reinserción social, asumiendo en las dos últimas un enfoque punitivo y no social, que entorpece la reconstrucción del tejido social dificultando el proceso de pacificación, que dicho sea de paso, ha sido uno de los principales reclamos en los Foros Escucha para Construir la Agenda de Políticas de Estado para la Construcción de la Paz entre Todos. La violencia e inseguridad han alcanzado niveles intolerables. En seguridad, ya no cabe el ensayo de prueba y error.
A esa misma secretaría la dejan a cargo de organizar, dirigir y supervisar un Centro de Inteligencia Nacional que deberá desarrollar un sistema de investigación e información a fin de preservar la integridad, estabilidad, y permanencia del Estado. Dudo que esta atribución, Morena se la hubiera dado a un gobierno de otro partido, pues les hubiera parecido lo más cercano al totalitarismo.
La eliminación de las Oficialías Mayores de las Secretarías que serán sustituidas por Unidades de Administración y Finanzas, regidas por la Secretaría de Hacienda, que designará y podrá remover a cada uno de sus titulares y ser la encargada de conducir la “política general” en materia de contrataciones que dependía de la Secretaría de la Función Pública, así como de la compra de bienes y contratación de servicios.
El modelo institucional aprobado confía en que, por su honorabilidad, una sola persona al frente de la Secretaría de Hacienda pueda controlar la corrupción gubernamental, concentrando compras, adquisiciones y contratación de servicios del gobierno, que van desde clips, medicinas, chalecos antibalas o trabes para puentes. Parece que pecan de ingenuidad al creer que el secretario de Hacienda podrá nombrar a los encargados de la unidad de administración de cada una de las dependencias del gobierno sin que se le cuelen conflictos de interés y no atacan las redes de corrupción gubernamental que estarán al tanto de todo el proceso de adquisiciones. Todo sin empujar un servicio civil de carrera y una comisión intersecretarial del gasto financiamiento.
Punto esencial es la figura omnisciente de los (Súper) Delegados, que dependerán de una Coordinación adscrita jerárquicamente a la Presidencia, y serán los encargados de la coordinación, implementación y supervisión de planes, programas y servicios de todas las Secretarías en cada uno de los estados; sin previo proceso de designación, ratificación y seguimiento, con el riesgo de caer en prácticas de carácter clientelar electoral; aunado a ello serán los secretarios técnicos en los consejos estatales y regionales de la estrategia en materia de seguridad, con lo que podrán tener acceso a información sensible sin pasar por controles de confianza.
Después de lo aprobado en la Cámara se dio a conocer el Plan Nacional de Paz y Seguridad que explica los porqué de este diseño centralizado y concentrador, que le apuesta a que todo penda de un pequeño grupo de personas, confiriéndoles confianza por ser quien son, y no por las responsabilidades que desempeñarán, pensando que el voto por el titular del Ejecutivo se traslada como voto de confianza en la gente que ha escogido. No se busca fortalecer instituciones, sino fiarse de las personas. Aún en el Senado tienen tiempo de corregir. Ojalá lo hagan.
Diputada federal. @MarthaTagle