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En sociedades democráticas es muy importante tener canales y agencias del Estado, para transmitir programación educativa y cultural, noticias imparciales y darle espacio a voces sin acceso a medios comerciales, entre otras funciones. El Estado tiene un medio de comunicación para generar en su contenido bienes públicos, aun cuando no tengan rating o no genere lucro.
Los canales y agencias públicas son de todos, y deben manejarse como un bien del Estado, no del gobierno en turno. Pero lo que parece estar pasando en este gobierno es una alarmante especie de privatización de los medios públicos para beneficio de un partido y sus ideólogos y voceros. Es pasar de lo público a lo oficial.Por ejemplo, la agencia Notimex está siendo usada como instrumento de propaganda. Algunos intelectuales y artistas que han recibido en el pasado apoyo financiero del Estado fueron exhibidos como delincuentes, insultados y humillados. La lista, claro, fue parcial y armada de acuerdo con los complejos, traumas y animadversiones del gobierno. Mi solidaridad con intelectuales y escritores que mucho le han servido a nuestro país.
Se critica que los apoyos recibidos por esos artistas son “privilegios”, pero nada se dice de los abultados salarios de los voceros oficialistas, que ahora son guionistas y conductores de programas de propaganda política disfrazada de “comedia”. Según una solicitud de acceso a la información reproducida en varios medios, Canal 11 pagará en honorarios mensuales 73 mil pesos a un académico que ahora es conductor de programa de revista, por algunas horas. Y paga más de 12 mil pesos por cada programa a quien conduce “la maroma”. Todo con cargo a la partida de educación y cultura. Y pasa eso mientras que en los centros de investigación no hay dinero para infraestructura elemental, se cancelan suscripciones y publicaciones académicas, así como viajes de trabajo. Eso parece no indignar a los defensores de la “austeridad republicana”.
¿Qué contenidos ofrecen hoy esos programas y en general los canales del Estado? Contenidos totalmente tendenciosos, la totalidad de las entrevistas que ofrece el presidente en las mañanas. Y por supuesto, ataques a los que piensan diferente. Es más, en el anuncio de uno de esos shows cómicos se prometen “divertidos” insultos al ITAM y seguramente habrá halagos sin pudor a quienes están en el poder. Desde luego que me solidarizo con ese centro académico que espero que emita un digno comunicado al respecto, pero sobre todo me preocupa la capacidad de producir el discurso de odio desde los medios públicos. Vaya sentido de lo público y de la justicia que se tiene en este gobierno.
POR CIERTO. Algunos medios de comunicación difundieron información falsa para lastimar a mi familia sin hacer una elemental revisión de la fuente de su información. Aunque no creo que provenga de la cabeza de la empresa (a ellos corresponde corregir), la maniobra parece formar parte de una estrategia deliberada y dolosa, que busca intimidarnos en un momento en el que estamos formando —con muchos mexicanos y mexicanas— una nueva opción política para México. No es la primera vez que las mismas fuerzas tratan de manchar nuestra reputación con mentiras, pero al meterse con un hijo cruzaron un nuevo límite ético. Agradezco las muestras de solidaridad que hemos recibido. De nuestra parte, les decimos: vamos a seguir luchando por un México Libre.
Abogada