En estos días en los que desde la pirámide del centralismo se lanzan rayos y centellas ominosas para la confianza y la certidumbre, desde la región centro-occidente del país emerge una luz esperanzadora.

Los gobernadores de Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí anunciaron la formalización de un grupo de trabajo para coordinar estrategias que promuevan el desarrollo de esta zona del país, “nos disponemos a ser ejemplo mundial y líder global”.

Se trata de una iniciativa visionaria, innovadora y audaz. No hay antecedentes en la historia del desarrollo económico nacional de un propósito de integración semejante. Se dijo en la reunión: Nos comprometemos a dar certidumbre a las inversiones, a generar sinergias estatales y a conformar, en suma, una región abierta a la inversión, a la generación de riqueza y a su distribución.

El mandatario guanajuatense, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, expuso que se trata de “crear una primera región de la República mexicana que se abre a una plataforma integrada de inversión, logística, desarrollo social y oportunidad de empleos... buscamos ser facilitadores de trabajo, no un bloque opositor”.

Por su parte el ejecutivo de Querétaro, Francisco Domínguez, explicó que “la dinámica económica global demanda sistemas de coordinación y cooperación que superan las visiones locales. Para promover el crecimiento, la inversión y convertir ambos en desarrollo, se debe superar la concepción de fronteras: geográficas, ideológicas y partidarias…”.

Junto a Martín Orozco Sandoval de Aguascalientes y Juan Manuel Carreras de San Luis Potosí, los cuatro declararon su convicción de que “la competitividad se construye. Crece con base en políticas públicas de avanzada, en la solidez del Estado de Derecho y en una visión mancomunada del desarrollo”.

La región centro-occidente constituye una zona económica en donde se registran las tasas de crecimiento económico más altos, el promedio de generación de empleos más importantes del país e índices de bienestar en ascenso.

El anuncio de la formación del grupo de trabajo para darle forma a la alianza centro-occidente se hizo el pasado cinco de noviembre en San Miguel de Allende, ahí se explicitó la voluntad política de los cuatro mandatarios de comprometerse a desarrollar planes coordinados de desarrollo, de infraestructura, de promoción de inversiones, de eslabonamientos de cadenas productivas y logísticas para crear un corredor de producción único en el país. “Compartimos, dentro de muchas otras cosas, una vocación industrial, agroalimentaria y turística… Hemos generado el consenso para crear una zona inicial que gire en torno al interés de mantenernos como una región manufacturera de clase mundial”.

También hicieron un respetuoso llamado a la Federación a que apoye esta iniciativa: será por el bien de México. “Juntos, hacemos más. Nuestras sociedades demandan y merecen acuerdos para el bienestar”.

Se dispuso ya un pull técnico para el diseño de la estrategia integradora en el que participan diversas instituciones y cuerpos de planeación como el Instituto de Planeación de Guanajuato (Iplaneg), encabezado por Eduardo Sojo Garza Aldape; la Secretaría de Planeación de Querétaro con Juan Manuel Alcocer; el coordinador general de Planeación y Proyectos de Aguascalientes, Ricardo Alfredo Serrano Rangel; y el secretario de Desarrollo Económico de San Luis Potosí, Gustavo Puente.

La reunión que se llevó a cabo en San Miguel de Allende, es un hecho sin precedente para el Bajío y para el país, demuestra que existen ideas y proyectos para seguir impulsando la modernización de México, introducirlo de lleno en la cuarta revolución industrial sin incurrir en regresiones que pueden resultar fatídicas y demoledoras para la economía nacional.

Ex presidente nacional del PAN

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