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Dos pecados del pasado de Genaro García Luna interrumpen sus vacaciones políticas en su paraíso de Miami. El más reciente se relaciona con el asesinato en Plaza Artz de la semana pasada. El segundo, se revivirá en la próxima audiencia dentro del proceso penal contra Israel Vallarta, víctima del montaje que García Luna produciría para hacerlo culpable automático del delito de secuestro junto con Florence Cassez.
El asesinato de Plaza Artz
La embajada de Israel identifica a los dos hombres asesinados a quemarropa el 24 de julio como Alon Azulay y Benjamín Yeshurun Sutchi, ambos con antecedentes penales. No era la primera vez que Sutchi estaba en México. Llegó en 2001, después de fugarse de una prisión en Israel por una condena de homicidio. Como lo recuerda Gabriel Regino en una entrevista de Carmen Aristegui (27 de julio, 2019), Benjamin Sutchi primero formó parte de un grupo de asesores en seguridad para la comunidad judía azotada por los secuestros, pasó a ser un cobrador de deudas para finalmente convertirse en extorsionador contra esa misma comunidad.
Buscado por la Interpol y el gobierno de Israel, Sutchi es capturado y extraditado en julio de 2005 por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. El subdelegado del Cisen solicitó la ayuda de la Secretaría antes que la de la Agencia Federal de Investigación (AFI), ya que estimaban que esta agencia protegía a Sutchi en sus actividades criminales.
En ese 2005 la AFI, bajo el mando de Genaro García Luna, también era señalada por los Estados Unidos a través de reportes de la DEA y el FBI. Tenían evidencias de que directivos de la AFI protegían el contrabando de drogas, el tráfico de indocumentados y de mercancías, beneficiando a las organizaciones de Vicente Carrillo Fuentes, Joaquín Guzmán Loera, los Hermanos Beltrán Leyva y los Arellano Félix. (“La AFI: Red de Complicidades” Revista Proceso, 11 de diciembre de 2005)
Contra los cuestionamientos a la integridad y la eficacia de la AFI, García Luna hizo una serie de estrategias para limpiar su imagen. Una de ellas, fue la detención “en vivo” de lo que él mismo bautizó como la banda de secuestradores del Zodiaco.
El Caso Vallarta
Israel Vallarta lleva cerca de catorce años en la cárcel sin una sentencia que lo haya condenado por delito alguno. El origen de este encierro se debe a la famosa puesta en escena producida por Genaro García Luna (y supervisada por el director de Investigación Policial, Luis Cárdenas Palomino), transmitida el 9 de diciembre de 2005. https://bit.ly/2CAkbB1
La obra dramática, registrada por las empresas Televisa y TV Azteca, simula que víctimas de secuestro son liberadas por elementos de la AFI. Al mismo tiempo, las televisoras son invitadas a jugar un papel inquisidor. Vallarta y Cassez son interrogados libremente por los propios reporteros quienes, al cabo de dos minutos, los declaran culpables. No hay juez, no hay abogado, no hay audiencia, pero hay culpables.
Emmanuelle Steels, ha documentado con escrúpulo periodístico el Caso Vallarta. En su libro El teatro del engaño, editorial Grijalbo 2015, próximo a reeditarse, documenta el montaje a través de diversas fuentes. Más aún, propone los motivos que habrían de guiar a García Luna a fabricar culpables. Este acusador, que no solo por este caso, debería ser realmente uno de los enjuiciados.
Los dos pecados recientemente desenterrados del polémico policía no parecen ser lo último de lo que tendremos noticias.
Abogada