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Es evidente que las instituciones de justicia no están actuando acorde con la crisis que vive el país en materia de derechos humanos .
La semana pasada se cumplieron cuatro años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa , y es indignante que aún no sepamos que fue de ellos. Cómo lo es que tampoco sepamos que pasó con los desaparecidos de los 70´s. Esta misma tragedia la viven aproximadamente 40,000 familias en el país. Ellas, valientes y dispersas por todo el territorio, también buscan verdad y justicia sobre el paradero de sus seres queridos.
Frente a esta situación tenemos dos opciones: resolver estas atrocidades a través de vías ordinarias (y apostar una vez más a las instituciones que en el mejor de los casos no están a la altura de las circunstancias) o, romper este círculo y pensar soluciones extraordinarias consistentes con la gravedad del problema.
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y su equipo de seguridad y derechos humanos (en reuniones con el movimiento de víctimas y con organizaciones de la sociedad civil) se comprometieron a impulsar soluciones extraordinarias.
El equipo de transición se ha referido a la necesidad de constituir una comisión de la verdad y un mecanismo Internacional para investigar estos crímenes atroces y romper el círculo de impunidad. En los procesos de justicia de este tipo está claro que los resultados son mejores cuando se combinan caminos, por ello un mecanismo internacional apoyado por la Organización de las Naciones Unidas para investigar es imperioso.
Esta solución, adoptada en distintos países con diferentes modelos, permitiría comenzar a resolver, al mismo tiempo, el problema de ausencia de justicia frente a crímenes como los descriptos; generar espacios privilegiados para la integración de las víctimas y fortalecer las herramientas técnicas para la investigación de estos crímenes a través de la interlocución con las instituciones de procuración de justicia. Este mecanismo dotaría al sistema de justicia de algo que le ha sido negado en todos estos años: imparcialidad, autonomía .
El compromiso manifestado por el gobierno electo abre una esperanza
. Por lo mismo exige acciones concretas y resultados.
