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Desde hace tres años he estado inmerso en el análisis de los pros y los contras respecto de qué sitio conviene más para hacer el nuevo aeropuerto del Valle de México: Benito Juárez-Santa Lucía o Texcoco.
Mi principal aportación ha sido en temas relacionados con los proyectos de construcción de ambos aeropuertos, sus costos y los tiempos para su conclusión. Otros profesionistas han incluido a la discusión elementos adicionales importantes tales como la seguridad aérea, usos de suelo, hundimiento regional, impacto sobre el medio ambiente y costos financieros.
En mi área de especialización, que es la realización de proyectos, misma que llevo ejerciendo 50 años, estoy convencido que Benito Juárez-Santa Lucía es una mejor opción por las siguientes razones:
a) Seguiríamos utilizando el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, dado que su última terminal, la T-2, apenas se acabó de construir en el año 2008. Esto es, mantendríamos en operación un aeropuerto probado y seguro, al que sólo habría que hacerle algunas adecuaciones, mismas que la actual administración no ha hecho en años. La preservación del aeropuerto Benito Juárez es de la mayor relevancia, pues un nuevo aeropuerto podría, luego de acabar la construcción, tardar años en estar operativamente listo. Tal es el caso del aeropuerto de Berlín-Brandeburgo que debió haber quedado listo en el año 2011 y ahora se prevé que esté operativo hasta el 2021.
b) Santa Lucía ya opera como aeropuerto, por lo que sólo se tendrían que construir dos pistas adicionales y una terminal. Estas construcciones estarían disponibles y operables en tres años, menos tiempo del que nos llevaría terminar el proyecto de Texcoco. Además, concretar el aeropuerto en Texcoco eliminaría dos aeropuertos que actualmente funcionan, que son Santa Lucía y Benito Juárez.
c) Dado que Benito Juárez y Santa Lucía ya están construidos y operando, es más fácil estimar costos, lo que apunta a que ambos proyectos podrían estar listos con poco más de 70 mil millones de pesos, mientras que el proyecto integral de Texcoco ya corre cifras de que costará más de 300 mil millones de pesos.
Ahora, esta semana, mediante una consulta pública y abierta, la gente tomará la decisión de qué proyecto conviene más a México, luego de dos meses de intensas discusiones en todos los medios de comunicación y en varios foros académicos y empresariales.
De ganar Texcoco, el trabajo que varios compañeros y yo hemos realizado ha dado luz a que esta opción tiene elementos de construcción innecesarios y costosos. Quitar estos elementos suntuarios reduciría el gasto público en varios miles de millones de pesos.
De ganar Santa Lucía, me parece que en menos tiempo tendríamos más pistas operando y a una fracción de lo que nos costaría Texcoco.
En la opción que la gente decida, Texcoco o Benito Juárez-Santa Lucía, yo no intervendré en la realización de ninguno de estos aeropuertos. Mi participación en esta discusión nacional ha sido con el único fin de cuidar los limitados recursos públicos con los que cuenta el país y dar elementos para “des-saturar” el espacio aéreo del Valle de México a la mayor brevedad posible.
Tenemos todos que empezar a hacer las cosas de manera distinta si queremos que nuestro país salga adelante. Lo que he hecho y a lo que aquí me comprometo es parte de ello.
No me resta más que agradecer a todos los profesionistas, cámaras empresariales, institutos y medios de comunicación que participaron en el debate. Aunque hayamos tenido posiciones encontradas, el diálogo fue siempre constructivo, así es que gracias a todos.
Ahora, a esperar la decisión de la gente.
Presidente y fundador de Grupo Riobóo