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Anclada en la edad media se encontraba la potestad que el monarca en turno tenía, para otorgar patentes de corso a aquellos navieros que, sin más reglas, podían atacar otras embarcaciones y disponer de haciendas y vidas. A sus portadores se les conoció como corsarios y en algún momento tuvieron el mismo tratamiento que los soldados de la marina real, con el privilegio, además, de no privarles de la vida sin mediar juicio previo.
Con el devenir histórico y la evolución de las instituciones, entre las normas jurídicas se instaló la figura del fuero, algo muy parecido a la patente de corso porque se convirtió en herramienta de impunidad y espacio de corrupción de las más altas figuras de la política. Un escudo para cometer cualquier clase de delitos sin tener que enfrentar las consecuencias de sus actos. Un botón de muestra: de legislaturas anteriores y durante la actual, en la Cámara de Diputados se tiene un registro de más de 200 solicitudes de desafuero, para igual número de funcionarios acusados de presuntos ilícitos que no fueron solventadas.
Los costos sociales, económicos y políticos que la corrupción y la impunidad le imponen al país, provocados por los mismos servidores públicos, son demoledores; carcomen la raíz de la nación e indignan con razón a la población.
Mantener el fuero o el trato especial para algunos, se ha convertido en un lastre, a cada nuevo escándalo la viabilidad de la nación se pone en entredicho. Está claro que no habrá futuro mientras la impunidad y la corrupción sigan campeando en el territorio nacional.
Por eso, eliminar el fuero para el presidente de la República, senadores, diputados federales, ministros, magistrados, diputados locales, gobernadores y presidentes municipales, es una gran aportación a la nación de quienes integramos la LXIII Legislatura, porque con esta acción se cancela la inmunidad procesal para los altos funcionarios y se omite un procedimiento especial en la Cámara, de manera que el servidor público que cometa irregularidades o delitos, enfrente de manera directa los cargos que se le imputen ante la justicia.
En Morelos se construyó un antecedente importante; en 2013 se aprobó la iniciativa que presenté para eliminar el fuero a nivel local y 2 presidentes municipales ya fueron destituidos por incumplimiento de la Ley. De consolidarse esta nueva reforma, ni presidentes ni gobernadores quedaran impunes cuando cometan irregularidades.
Esta importante acción legislativa para eliminar el fuero en México será un avance en cuanto se consolide, más en materia de combate a la corrupción aun estamos lejos de la expectativa de la población; en otras latitudes, como Guatemala o Brasil los presidentes de la república van a la cárcel por corrupción, en nuestro caso, no hemos sido capaces siquiera, de terminar de instalar el sistema nacional anticorrupción, tampoco se han alcanzado los acuerdos para nombrar un fiscal anticorrupción independiente y comprometido con la honestidad y la erradicación de esta lacra. Espero que con el resultado que se derivará del de las elecciones, México cambie.
Vicepresidente de la Cámara
de Diputados