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Agustín Hernández, Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, ya estaban en la cúspide debido al trabajo que realizaron en varias ciudades del país. En el ámbito económico, la moneda mexicana comenzó a sobrevaluarse, las reservas federales se redujeron, los bancos aumentaron los créditos y el gobierno aprovechó para invertir en obra pública y endeudarse en el extranjero.
La arquitectura mexicana ya estaba influenciada por el llamado tardomoderno, también conocido como High-Tech, el cual se inspiró en la industria por su relación con el desarrollo tecnológico. Por lo tanto agrega nuevos materiales y elementos que reflejen vanguardia, escaleras eléctricas, grúas para la limpieza de cristales y ascensores a la vista, entre otros. En el exterior, la tendencia expresa ostentosidad a través de ventanas con vidrios reflejantes.
Durante el desarrollo de esta tendencia, la economía internacional sufrió una gran crisis económica que comenzó en 1982. En México, la fuga de capitales de inversión y el déficit en los ingresos llevaron al gobierno a tomar medidas para reducir el gasto público y devaluar la moneda. En septiembre el presidente José López Portillo anunció la expropiación de la banca, pero la crisis siguió empeorando.
A esto se agregó que el 19 de septiembre de 1985, el Distrito Federal fue sacudido por el terremoto más lamentable de su historia. Y es que colapsaron más de mil edificios, entre ellos el The St. Regis, el Nuevo León del conjunto habitacional Nonoalco Tlatelolco, el Hospital General, Centro Médico Nacional, Televisa Chapultepec y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; además, otros 6 mil quedaron afectados.
Volver a empezar
Después de la tragedia, los arquitectos vislumbraron la posibilidad de una reconstrucción con nuevas ideas y el inicio de un movimiento moderno, englobado dentro de la posmodernidad, conocido como deconstructivismo. Éste presentó cierta similitud con el Constructivismo ruso de los años 20, pero se trata de estructuras constituidas de elementos dispares que parecen chocar y distorsionarse.
También esta tendencia se caracteriza por la falta de armonía, de continuidad y de simetría, se aleja de los ángulos rectos y agrega volúmenes compuestos con una o dos aguas, además de colores fuertes y contrastantes. La idea básica fue mostrar abiertamente las contradicciones, prescindir de las leyes clásicas del soporte y la carga, del muro y el cierre del espacio, de la proporción y la regularidad.
El trabajo de los profesionales, además de reconstruir la ciudad con conjuntos habitacionales funcionales, fue crear edificaciones con objetivos culturales, como museos, centros de cultura y galerías. Sin duda, la década de los 80 marcó el comienzo del gran crecimiento que tendrían las nuevas generaciones de arquitectos en los siguientes años.
Alta tecnología
Esta tendencia se caracteriza por los siguientes aspectos:
- Soluciona problemas de diseño y agrega tecnología en materiales, estructura, instalaciones y espacios
- Exhibicionistas, constructivo y formal
- Utiliza grandes armazones o estructuras sin recubrir
- Incluye estructuras delante de la fachada con cables y varillas de tracción
- Acristalamiento o membranas sin un soporte técnico visible
- Tuberías, células sanitarias, escaleras automáticas y ascensores a la vista
- Espacios amplios con facilidad de crecer
- Colores y texturas industriales
- Ilusiones ópticas o distorsiones
Edificio emblemático
El Palacio Legislativo se inauguró el 1 de septiembre de 1981, en lo que era la estación de ferrocarril de San Lázaro. El creador fue Pedro Ramírez Vázquez, quien estableció un eje entre éste y el Palacio Nacional. Un incendio arrasó con el salón de sesiones el 5 de mayo de 1989 y tuvo que ser reconstruido.
(Foto: Archivo/El Universal)
Un dato
El 29 mayo de 1981 se inauguró el Museo Rufino Tamayo.
Biblioteca México
El edificio que alberga la Biblioteca de México “José Vasconcelos” fue construido a finales del siglo XVIII para instalar la Real Fábrica de Tabacos de la Nueva España. Durante el Movimiento de Independencia, el Virrey Félix María Calleja lo convirtió en el Parque General de Artillería, oficialmente en la Ciudadela (1816). En 1987 la Secretaría de Educación Pública encomendó la reconstrucción y remodelación del edificio al arquitecto Abraham Zabludovsky.