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¿Quién concretará la aspiración ciudadana de ser candidato independiente a la Presidencia de nuestro país? Todo indica que sí estarán en la boleta. Lo que se cuestiona es su desvinculación partidista. Basta observar, a unos días de vencer el plazo para el registro de candidatos independientes ante el INE, las interrogantes de la validez y legitimidad de quienes contenderán en esta modalidad para las elecciones presidenciales de este año.
Resultado del reclamo ciudadano por el monopolio partidista de las candidaturas, los independientes presidenciales, por lo menos los que se presume estarán en la boleta, han devenido en la percepción social como una extensión sutil del ámbito de influencia partidista, lo que les resta legitimidad ante la opinión pública.
El proceso aún no concluye, ya que aún están por validarse la totalidad de sus apoyos, lo que se definirá hasta el 29 de marzo próximo. Esta etapa corre igual suerte que cualquier otra fase del proceso electoral, por tanto, debe estar apegada a la legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad. Justo lo que ponen en tela de juicio sus detractores.
Pedro Ferriz de Con, aspirante también a ser candidato independiente a la Presidencia, incluso ha manifestado su intención de solicitar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la anulación de todo el proceso de recolección de firmas, por lo que él considera razones fundadas para inferir que esta etapa fue fraudulenta. A su juicio, miles de firmas que soportan las candidaturas independientes presidenciales tienen irregularidades, razón suficiente para desestimarlas y nulificar dichas candidaturas, lo que generó inequidad y falta de certeza en el proceso.
El uso de la solución tecnológica que se implementó (APP), por ejemplo, si bien hacía un reconocimiento óptico de las imágenes de la credencial para autentificar el apoyo ciudadano, y protegía los datos personales recabados, no contaba con candados de seguridad que impidiera pre validar firmas falsas, ni era de acceso abierto para facilitar al ciudadano su registro, según lo expuesto por Ferriz de Con.
Sin embargo, en este momento el INE continúa validando dichos apoyos ciudadanos. Todos los aspirantes conocían que el único documento válido para recabar el apoyo autentificado por el INE era la credencial de elector, por lo que cualquier otro que pretenda presentarse en sustitución de ésta, no será validado.
También deberán invalidarse todas aquellas firmas con datos falsos o erróneos, las que no se acompañen de copias de la credencial para votar vigente, las de ciudadanos dados de baja de la lista nominal, o si éstos manifestaron su apoyo a más de un aspirante, sólo se computará la primera manifestación presentada ante el INE. Tampoco se computarán imágenes de credenciales que no correspondan a la credencial vigente, o cuya fotografía de la credencial aparezca en blanco y negro.
Tras este proceso, se presume que sólo alcanzarán el preciado registro figuras de presencia nacional vinculadas, ya sea por su trayectoria o historia personal con el sistema de partidos del que pretenden ser una alternativa, como es el caso de Zavala o El Bronco. Sin embargo, en el caso de éste último, hay una investigación abierta en la Unidad de Fiscalización del INE, por presunto uso de recursos públicos para la obtención de dichas firmas, lo que pone aún en entredicho su lugar en la boleta.
Sin desdeñar en modo alguno los méritos personales y profesionales que les hagan aptos para ser parte de esta contienda, lo cierto es que lo que cuestionan sus detractores es la ventaja que les supone su origen, y que les facilitó salvar los requisitos de fiscalización y apoyo ciudadano extraordinarios que implica para cualquier contendiente ordinario, competir sin el soporte de estructuras con las que ellos contaron.
En unos días el INE emitirá el informe que soporte la procedencia o no del registro de estas candidaturas. Si existen irregularidades de forma sistemática o porcentualmente representativas, el INE deberá dar vista a las autoridades competentes, como es el caso de su Unidad Técnica de lo Contencioso electoral, así como a la Fiscalía de Delitos Electorales (Fepade), cuyo titular recién dio a conocer que hay un expediente para investigar 74 casos de presunta simulación de firmas de apoyo a aspirantes independientes a diputados federales. No así en el caso de aspirantes independientes al Senado o la Presidencia, de lo que no han recibido nada hasta el momento.
Salvada la legalidad del registro ante el INE, los candidatos independientes tendrán un reto mayor enfrente: demostrar a los mexicanos y mexicanas que su compromiso obedece a una vocación social auténtica, y no a una coyuntura política partidista que no les benefició. Sólo ello les brindará la legitimidad pública que aún no han ganado.
Analista.
@Biarritz3