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A todos incomoda cuando tenemos noticia de que nuestros datos personales se filtran o se usan de manera ilícita, ya sea por organismos privados o instituciones públicas, sin nuestro consentimiento. Y este es el punto nodal de nuestra molestia: la circulación, tratamiento o difusión de nuestros datos personales sin nuestra autorización.
Cuando se presume que ésto puede suceder con la base más grande de datos personales en México, bajo resguardo del Instituto Nacional Electoral (INE), la preocupación es mayor, y más aún, cuando existen casos documentados de falsificación de credenciales de elector, utilizadas para cometer cualquier tipo de ilícitos mediante la suplantación de identidad.
Ello es porque nuestra credencial de elector ha adquirido el carácter de documento de identificación en los hechos, y porque así lo determino el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ante la ya añeja omisión del Estado, de proporcionar a todos los mexicanos y mexicanas, una cédula de identidad gratuita, que nos permita ser identificados para todos los efectos desde que nacemos.
Es así como el INE asumió la tarea, no sólo de generar una credencial para votar, sino de producir un documento de identidad con todos los mecanismos de seguridad que un instrumento de esa naturaleza debe tener. Lo mismo es aplicable a cualquier consulta a la base que resguarda estos datos, misma que debe estar protegida con altos estándares de seguridad y protocolos, no sólo para los partidos políticos cuando realizan las observaciones que la ley les encomienda, sino también deben ser aplicables a todos los funcionarios del INE que estén habilitados para ello.
Dada la generalización del uso de la credencial como documento de identidad, y el consecuente incentivo para los delincuentes en falsificarla, cometer ilícitos e incluso suplantar la identidad de las personas, el INE y los partidos políticos nacionales que integran la Comisión Nacional de Vigilancia del Registro Federal de Electores, elaboraron un procedimiento que redujera este riesgo al ciudadano conocido como: Servicio de Verificación de los datos de la credencial para votar, que servirá para garantizar el derecho de protección de datos de los ciudadanos, contenidos en el Padrón Electoral, aprobado mediante el Acuerdo INE/CG92/2016.
Si bien los antecedentes de este mecanismo se remontan a 2013, su implementación y uso ha sido a partir de 2017. Tiene como objetivo proporcionar Servicios de Verificación de los datos de la Credencial para Votar a Organismos Públicos y Privados, manteniendo la confidencialidad de los datos personales de los ciudadanos, utilizando mecanismos biométricos que permitan autenticar a la persona que presenta una credencial de elector, ya sea para realizar una solicitud de servicio, o una gestión de carácter económica o administrativa.
Con ello se pretende brindar un instrumento seguro de consulta de los datos de nuestra credencial electoral, a las instituciones públicas y privadas que requieran validar que los datos de ésta, corresponden fielmente a los registrados por el INE y, en consecuencia, a su portador. Es importante señalar que la modalidad de la consulta sólo permite validar la información, sin que se permita acceder a la base de datos bajo ningún supuesto. Por ello, el pasado 24 de enero, el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) otorgó un reconocimiento al INE por la instrumentación de dicho mecanismo, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Protección de Datos Personales.
Las dos millones 453 mil 394 consultas que hicieron más de 100 organismos públicos y privados sólo en 2017, dan cuenta de la utilidad del mecanismo, y el interés por generalizar su uso para inhibir los casos de robo de identidad por el uso de credenciales apócrifas. Es, sin duda, muestra de un esfuerzo de trabajo institucional en que el INE y partidos han dado muestra de colaboración conjunta para beneficio del ciudadano.
Nos corresponde a todos, también, ser más responsables en el uso de nuestros medios de identidad, y en no proporcionar nuestra información personal salvo cuando las circunstancias lo ameriten. Ellos están expuestos constantemente y no sólo en coyunturas electorales. Los riesgos siempre estarán presentes, pero vale la pena que los mexicanos y mexicanas no sólo reciban la información negativa que acapara las ocho columnas. También ameritan tener certeza de que las instituciones cumplen con sus funciones, y esto es muestra de ello, y si no… aún tenemos a la FEPADE y el Inai.
Analista. @Biarritz3