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Ya antes se lo había dicho ella misma. “No, no, ya tengo demasiados perros; si hay otro caso de maltrato, mejor hago que no veo”, pero la crueldad de un taxista en contra de una perrita que arrastraban sobre el asfalto en la carretera federal 190, en San Dionisio Ocotepec, Oaxaca, le hizo cambiar de opinión.
“Fue horrible, fue inhumano, lo único que quiero es que castiguen al taxista, que castiguen a la dueña, porque eso no se hace.
Son animales, pero entienden, sienten, les duele”, dice Isabel Morales, la mujer quien junto con su esposo e hijo rescató a la perra que era arrastrada con una cuerda atada a la cajuela de un auto de servicio de alquiler. Isabel y su familia viven en Tlacolula de Matamoros y se sostienen de una papelería.
Ella es activista de protección animal; recoge canes a los que cura y esteriliza antes de regresarlos a la calle o quedarselos. En su casa, dice, suman 10.
Ese domingo se percataron de la agresión cuando viajaban sobre la misma vía. “Los vimos, los alcanzamos, les grité que se detuvieran, pero no hicieron caso.
Entonces mi marido tuvo que rebasarlos y encerrarlos para que se pararan”. El animal, declararon los agresores, se comió unos pollos, por lo que el taxista y la mujer, al parecer la dueña, decidieron darle un escarmiento.
“La vamos a llevar a bañar al río”, justificó la señora, quien se bajó del asiento de copiloto de la unidad, mientras el taxista abría la cajuela para desatar a la perrita.
La familia recriminó a los agresores, levantó al animal y lo llevó a una clínica veterinaria de Tlacolula, donde curaron sus heridas. El vehículo donde viajaban los agresores fue identificado como parte del sitio San Dionisio AC, con el número económico 10-921 y placas de circulación 14-80-SJK. Denunciar el maltrato.
El caso se dio a conocer porque Isabel se atrevió a grabar la agresión. Después compartió el video con activistas y de ahí partió el escándalo. “Esta vez dije: ‘Me concentro, tengo que hacerlo bien, debo tener las evidencias para que se haga justicia’”. Debido a que la perrita requería atención especializada, el lunes por la mañana decidió llevarla a una clínica en la ciudad de Oaxaca, donde recibió mayores cuidados, pues incluso padecía desnutrición, según el veterinario Joel Trujillo.
Ahí se descubrió que tenía más huellas de violencia. El mismo lunes fue identificado el chofer del taxi, quien responde al nombre de Silvino García Pérez, y también ese día la fiscalía local recibió la denuncia que presentó la Secretaría de Vialidad y Transporte (Sevitra) del gobierno, a fin de iniciar el proceso jurídico para revocar la concesión.
Además, se interpuso la denuncia, con número de investigación 1431/DF/ZC/2017, por el delito tipificado como: “De la crueldad animal y la agonía ”. Luna creciente.
“ En la clínica me dijeron que se tenía que registrarla con algún nombre. No se me ocurrió más que Luna ”, dice Isabel. La perrita será dada en adopción, puesto que ella no puede sufragar más gastos, por lo que valorará la mejor opción para que Luna tenga mayor calidad de vida.
“Hemos identificado que son las señoras las que más maltratan a los animales, las que tienen menos conciencia. Tienen muy arraigada la idea de que son animales y deben ser castigados” asegura Isabel Luna, ahora, tiene otra oportunidad.
cfe