Durante unas nueve horas estuvo cerrado a la circulación vehicular el paso a desnivel de la avenida Manuel L. Barragán y Ruiz Cortines, al norte de la ciudad, cuando un tráiler que transportaba contenedores plásticos de gasolina se quedó atrapado en el referido puente.

Debido a que el conductor del tráiler quiso forzar el paso de la unidad, la caja se hizo “acordeón”, y  provocó el derrame del combustible transportado en ocho de 20 contenedores de material plástico de mil litros cada uno, lo que obligó al cierre del puente al paso de vehículos para evitar algún accidente mayor por un flamazo o explosión, informó Martín Castillo, subdirector de Operaciones de Protección Civil de Nuevo León.

Según testigos interrogados por las autoridades, el chofer se bajó de la unidad y abandonó la caja con la referida carga, incluyendo otros 12 contenedores que no resultaron dañados, al tiempo que personal de Protección Civil del Estado, Monterrey, San Nicolás de los Garza y Apodaca, además de Bomberos, Tránsito, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Policía Municipal, personal de Agua y Drenaje, y Pemex se acordonó la zona y procedió a realizar los trabajos de recopilación o neutralización del combustible derramado. Asimismo, se puso bajo resguardo la gasolina que no se tiró de los contenedores.

Al sitio del percance se presentaron también agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) para realizar las investigaciones correspondientes, y abrir la carpeta de investigación correspondiente. Asimismo acudió personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Ecología Federal y del Estado, para verificar que la zona quedara debidamente remediada, a fin de minimizar daños al medio ambiente.

El tractocamión se dirigía de norte a sur por la avenida Manuel L. Barragán, pero debido a la altura de la caja, al parecer “hechiza”, se atoró con el puente que se localiza a la altura de la avenida Ruiz Cortínes, y ocasionó los problemas ya descritos.

El percance ocurrió aproximadamente a la una de la mañana y fue hasta las 10 horas que el puente a desnivel de Manuel L. Barragán,  fue abierto nuevamente a la circulación. Sin embargo, gracias a que ocurrió en fin de semana, y durante la madrugada, las afectaciones en el tránsito de vehículos no fueron tan graves como hubiera sucedido de registrarse de lunes a viernes, en horario escolar y laboral.

El robo de combustible ha sido un delito recurrente en el estado de Nuevo León. Así por ejemplo, en agosto de 2014, una toma clandestina en el oleoducto Ciudad Madero-Cadereyta, ocasionó la fuga de unos cuatro mil barriles de petróleo crudo, daños ambientales cuya remediación Pemex estimó en 150 millones de pesos, aunque los campesinos de la zona demandaron a la empresa pública por afectaciones en sus parcelas por dos mil millones de pesos.

El pasado 4 de marzo, una pipa que transportaba 20 mil litros de combustible robado se volcó e incendió a la altura del kilómetro 21 de la autopista Monterrey-Reynosa, en el municipio de Juárez, Nuevo León, sin que hubiera personas lesionadas ni detenidas.

El 28 de febrero de este año, autoridades federales realizaron en la comunidad El Maguey, municipio de Allende, el decomiso de ocho mil 200 litros de hidrocarburos de procedencia ilícita, y el 2 de marzo, durante un cateo, la PGR aseguró en la misma población 55 mil 900 litros de combustible, además de cinco vehículos  y 44 contenedores llenos con mil litros cada uno y otro contenedor de siete mil 500 litros de capacidad.

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