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Tras la colocación de un letrero multicolor con el nombre de Oaxaca en las inmediaciones de la explanada del ex convento de Santo Domingo, en el Centro Histórico, el artista plástico Francisco Toledo protestó por escrito ante la autoridad municipal.
“Lejos de contribuir a una identidad gráfica, sentimos que ese letrero desvirtúa uno de los espacios más bellos de México, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad, declarada por la UNESCO, pero que se ve demeritado día a día por esculturas, luminarias y publicidad que reflejan falta de sensibilidad y respeto”, indicó.
El fundador del Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural (Pro-Oax) envió el documento a la autoridad el viernes, día en que el edil de Oaxaca de Juárez, el priísta José Antonio Hernández Fraguas, inauguró el letrero.
El gobierno municipal informó que la acción es promovida por la Secretaría de Turismo federal (Sectur) y contempla la instalación de dos distinciones más, una sobre la calle Macedonio Alcalá, también en el Centro Histórico, y otra en la fuente de las Ocho Regiones, al norte de la ciudad. La coordinadora de Infraestructura y Desarrollo Urbano del ayuntamiento, Thelma Soledad Neri Caballero, explicó que fue avalado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), instancia que realizó y propuso los requerimientos para su autorización. “Para su colocación, se realizó un estudio volumétrico para que no se afectara de ninguna manera la fachada de Santo Domingo de Guzmán, además se cumplieron con los permisos correspondientes”, detalló.
Toledo se ha manifestado en distintas ocasiones ante lo que ha considerado atentados al patrimonio natural y cultural de Oaxaca.
En 2015 inició una lucha en contra del proyecto del Centro Cultural y de Convenciones en el cerro del Fortín y que logró que una parte de la obra fuera ubicada en otro sitio, aunque no pudo evitar que se construyera un estacionamiento de cinco niveles.
El mismo año, pidió la intervención de autoridades federales tras la colocación de esculturas metálicas del artista plástico Fernando Andriacci en el centro de la capital, incluyendo el Andador Turístico y la explanada de Santo Domingo; las obras fueron removidas hacia el exterior de la capital.
La moda de los mensajes volumétricos. En diversos centros históricos de México se ha extendido la moda de instalar estos grandes anuncios con los nombres o siglas de las ciudades y en algunos casos de instituciones. Se trata de anuncios que se conocen como letreros volumétricos y que son una estrategia turística a partir de la cual miles de visitantes se toman selfies y las distribuyen en sus redes sociales, en tanto que se consigue el propósito que da vida a la campaña: imponer una marca. Estas letras a todo color, de gran tamaño, de alrededor de dos metros de altura, y que acaban por alterar la vista de los centros y zonas históricas, se han ido extendiendo en el último año en ciudades como Puebla, Veracruz, Mérida, Puerto Vallarta e incluso en el zócalo de la CDMX.
En Puebla, durante la administración de Rafael Moreno Valle, la moda de estos letreros volumétricos llegó a diversas zonas históricas del estado, a museos y a otros recintos. El sitio statuspuebla.com reportó que la administración gubernamental destinó 11 millones de pesos a la instalación de estos letreros. En Puebla se pueden ver, por ejemplo, a la entrada del Museo Internacional del Barroco, en el Fuerte de Guadalupe, en la antigua Fábrica de la Constancia, donde se abrió un conjunto de museos y cerca de la zona arqueológica de Cholula.
En 2016, la instalación de uno de estos letreros en la UNAM, en la explanada del Centro Cultural Universitario, fue cuestionada por artistas y curadores, entre estos Mónica Mayer, quien preguntó quién autorizó su ubicación y el sentido de la instalación. Las letras fueron retiradas.