Más Información
Embajada de EU en México continúa capacitaciones a INM en migración; estamos orgullosos de apoyar, dice
De la Fuente alerta por tráfico ilícito de bienes culturales; Gobierno recupera 220 piezas arqueológicas
Reforma “ternurita”: Imjuve lanza campaña para promover elección judicial; “ellos nos salvarán del neoliberalismo”
El secretario de gobierno en Morelos, Matías Quiroz Medina, afirmó que el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y Castro, pone en riesgo la paz social del municipio de Tepalcingo al romper el diálogo y acuerdos que se han generado con los habitantes por la organización y administración de los recursos que deja la Feria del tercer viernes de Cuaresma.
El convenio aludido por Quiroz Medina fue signado en febrero pasado y las partes establecieron que las ganancias obtenidas de la Feria se repartirán en porcentajes iguales, tanto a la iglesia como a los mayordomos, una vez descontados los gastos de operación. También acordaron el regreso de la Sede Parroquial al pueblo de Tepalcingo cuando las condiciones lo permitieran.
Sin embargo, acusó Quiroz, el pasado 5 de marzo de 2017 en la misa dominical, el párroco informó a los pobladores que se retiraría de manera definitiva la Sede Parroquial de Tepalcingo, para lo que el obispo nuevamente expediría el Decreto correspondiente.
Este decreto fue expedido el 8 de marzo de 2017, junto con un documento dirigido a la Subsecretaría de Migración, Población y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.
Quiroz recordó que ese municipio de la zona sur oriente del estado registró una polarización social en los últimos años por el manejo del dinero producido en la Feria en honor al Señor de Tepalcingo, considerada la más grande y de mayor tradición en el estado y la segunda más grande de la república, con una afluencia cercana a los dos millones de personas, entre visitantes nacionales y extranjeros.
El secretario de gobierno fustigó la actuación del obispo porque -dijo- en febrero pasado se logró con apoyo del gobierno federal la firma de un acuerdo para solucionar el conflicto que hay en el Santuario de Tepalcingo, pero “el obispo, por intereses económicos, rompió los acuerdos que se signaron en meses pasados a través de un convenio”, acusó Quiroz Medina.
Por la actitud asumida por el obispo Castro Castro, abierto opositor a la estrategia de seguridad pública estatal, el secretario de Gobierno informó que solicitó a la Secretaría de Gobernación su intervención inmediata para solucionar el conflicto, y agregó que el gobierno morelense mantiene su disposición de avanzar a través del diálogo y acuerdos en beneficio de la sociedad.
Al mismo tiempo convocó al obispo a reflexionar sobre la decisión tomada ya que de lo contrario lo responsabilizó de la crisis social que se pueda generar en Tepalcingo.
Indicó que está decisión, tomada sin acuerdo con la comunidad, afectará a los lugareños y la organización de la Feria del Tercer Viernes de Cuaresma en Tepalcingo, pues rompió con las tradiciones que por más de 80 años de llevan a cabo.
Quiroz Medina reiteró que para alcanzar acuerdos entre los grupos antagónicos en Tepalcingo se llevaron seis meses de dialogo hasta que en febrero pasado se logró la conciliación entre los representantes de la Diócesis de Cuernavaca y mayordomos, para dar por concluido el conflicto del Santuario de Tepalcingo.
En enero pasado, el obispo Ramón Castro adelantó su postura sobre el conflicto en Tepalcingo y dijo que todo es provocado por un grupo minúsculo que sólo les interesa el dinero.
Antecedentes de violencia
Desde 2016 la cabecera municipal de Tepalcingo vive una tensión constante luego del enfrentamiento a golpes entre grupos contrarios que exigen el manejo y administración de las ganancias obtenidas de la fiesta patronal.
En febrero de 2016 dos grupos de feligreses se enfrentaron con palos y piedras con un saldo de 20 lesionados, porque los católicos que exigen rendición de cuentas, apoyados por el gobierno estatal, tomaron la parroquia lo que provocó el descontento de los feligreses afines al párroco local.
En el conflicto el obispo Ramón Castro y Castro tampoco fue acusado por los opositores al párroco de robar un arte sacro santo, fabricado en oro y cubierto de piedras preciosas. El caso lo investiga la Procuraduría General de la República, según el denunciante Jesús de la Rosa Cortes.