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Por acuerdos entre los grupos políticos, que quieren ver reflejados sus puntos de vista e intereses, se le han hecho a la Constitución Mexicana una serie de parches y “chipotes”, que la hacen irreconocible frente a sí misma, afirmó el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPyS), Alfonso Navarrete Prida.
Al encabezar, en representación del presidente Enrique Peña Nieto, una ceremonia para entregar al gobierno de Nuevo León un ejemplar facsimilar del texto constitucional de 1917, el funcionario federal expresó que el actual es un buen momento para reflexionar y debatir sobre la Carta Magna.
“El primer gran debate sería ¿necesitamos o no una nueva Constitución? ¿A cien años, le queda chica al país? ¿Necesitamos ponerle cosas? ¿Hay cosas que han cambiado, que no las contemplaba?, planteó Navarrete Prida.
Dijo que en su opinión, a cien años de creada, la Carta Magna sigue estando vigente en sus anhelos, pues no sólo representa derechos y obligaciones, sino una forma de ver el mundo por parte de un pueblo.
“Y representa las mismas luchas de justicia que les dieron cauce a los anhelos de más de un millón de mexicanos que dieron la vida en esos años, por llegar a este pacto fundamental que busca, libertad, igualdad, equidad”, asentó el funcionario federal.
Navarrete Prida hizo alusión a las afirmaciones del gobernador Jaime Rodríguez Calderón quien señaló en su discurso, “la Constitución tiene muchas cosas que ya no funcionan porque son caducas y obsoletas, y otras son cosas viejas, que ya no necesitamos en este momento”.
Expuso el secretario: “Donde creo que podría centrarse un buen debate sobre la Constitución, es en analizar cuántas cosas se le han metido que han hecho de ella, una serie de adiciones y chipotes, raros, extraños… que sobran, se quitan, y a veces la hacen irreconocible frente a sí misma”.
Agregó, que muchas de esas adiciones quizá deberían estar en leyes reglamentarias, no en el texto constitucional. Sin embargo, ante una democracia tan competitiva como la nuestra que tiene un pasado tan grande de luchas democráticas,” los grupos que negocian acuerdos dentro de ese marco constitucional, si no ven reflejado en la Constitución, lo que ellos quieren que se cumpla, consideren que les pueden hacer trampa y no valen”.
Y “entonces se le adicionan (a la Carta Magna) un montón de cosas y así se puede vivir. Pero comparó al texto constitucional que ha resultado de esos acuerdos, con un ornitorrinco.
“Hay un animalito que se llama ornitorrinco que así vive, que tiene boca de pato, cola de lagarto, es largo casi como si fuera una serpiente con patas, vive en el agua, pero también flota y sobrevive”, expuso el secretario.
Por tanto, dijo, se debe reflexionar qué cosas deberían quizá ser analizadas en un texto fundamental y qué no deberían estarse moviendo a cada rato, según el acuerdo que quieras tener, y que quizá debería pasar a una norma distinta de desarrollo constitucional, para garantizar esos acuerdos sin tocar la Constitución.
Admitió que ese tipo de consensos resultan muy difíciles en esta época, porque incluso hacia afuera, quienes quieren venir a México a realizar negocios, dicen “pues si no me das garantías de que esto aparezca en tu Constitución yo no le invierto”.
Incluso, comentó, hay estudiosos que consideran que en la Carta Magna hay más palabras que sobran de las que necesita para amparar o establecer los mismos derechos y obligaciones.
“A cien años de distancia, el tiempo permite ver y apreciar en todo su significado la valía de ser un nación que se rige bajo un marco constitucional, y que con todos los problemas que hemos pasado, seguimos conservando un texto constitucional vigente formalmente y que es la única Constitución General de un país en toda Latinoamérica, que no ha interrumpido su vigencia en un siglo”, ponderó el secretario.
afcl