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Los habitantes de la colonia Sinaí, en el municipio de Acapulco, aguardan con expectación el resultado de un análisis que la Iglesia católica realiza a una imagen de la Virgen de Guadalupe que, de acuerdo con su propietaria, ha derramado "lágrimas" recientemente.
La propietaria del icono religioso, que se llama igual que la virgen en su honor y se apellida Hernández, contó a Efe que la primera vez que la efigie "lloró" fue el 10 de diciembre pasado.
"A las doce del día me paré en el altar frente a ella y hablé con ella. Termino de hacer mi oración y regreso a ver a "la Morenita", y fue en ese momento cuando vi cuando ella derramó sus lágrimas", relató.
La mujer confesó que para ella fue "algo muy fuerte" porque hace seis o siete años que tiene la figura y nunca le había pasado algo similar.
"Es un regalo que Dios me ha mandado, no sé porqué, no sé qué sigue atrás de esto. Pero, bueno, esperemos", agregó Guadalupe.
Después de eso -según su relato- la imagen volvió a llorar el 11 y 12 de diciembre, y ella avisó a un vecino para que viniera a verla.
"Le dije 'Max, pasa y ve la Virgen. Mira, no sé si yo esté mal. No le quiero avisar a la gente para que no haya malas interpretaciones'", contó Hernández, quien después de eso sí se lo comentó a más personas.
El sacerdote Juan Carlos Flores, quien ha intercedido en el asunto, reveló que este lunes la imagen fue trasladada a la parroquia con jurisdicción en el caso, la del Perpetuo Socorro, en la colonia Emiliano Zapata.
"Allí el párroco, el padre Octavio Gutiérrez Pantoja, quien es vicario episcopal para la ciudad de Acapulco, es en este caso quien tiene la autoridad para resguardar la imagen", puntualizó.
La figura, añadió, "va a estar en observación para poder dar una explicación coherente y hasta, si se puede, científica de qué es lo que está sucediendo".
"No se trata solamente de dejarse llevar por un sentimentalismo, porque podríamos ser acusados de manipular el sentimiento religioso. Antes que nada respetamos, por eso no podemos adelantar ningún juicio", declaró.
El padre Octavio precisó que durante algo menos de un mes la imagen va a dejar de estar a la vista, e hizo un llamado "a la cordura, a la oración" y a esperar el resultado del análisis.
Con todo, reconoció que por ahora para la Iglesia "este suceso concreto no se niega ni se afirma".
"La virgen tiene el mismo corazón de Jesucristo, un corazón de esperanza, un corazón de redención, un corazón de paz, de la que estamos tan necesitados", acotó.
Para la propietaria de la imagen, lo que la virgen quiere es que la gente del barrio viva "en armonía, como vecinos, como mexicanos".
Allí, donde ha habido "muchos difuntos", hay "hermanos que son de otras religiones y han venido a verla, y hasta le han tomado fotos", añadió.
"Yo espero que nuestra madre, la morenita, le toque el corazón a cada uno, porque a ella no la podemos engañar. Me pueden engañar a mí, pero a la morenita no la podemos engañar, nadie", ahondó.
Una mujer que acudió a ver la efigie, Fabiola Rodríguez, opinó en declaraciones a Efe que siente que la Virgen "llora por sus hijos" y desea "que haya mucha paz".
Y la paz es un anhelo comprensible. El estado de Guerrero es considerado uno de los más violentos de México y en 2014 fue escenario de la desaparición de 43 estudiantes en el municipio de Iguala, el más sonado de numerosos crímenes en los últimos años.
A su vez Acapulco, en la zona más turística de Guerrero, se ha convertido en una de las ciudades más peligrosas del mundo. Desde hace varios meses se encuentra en medio de una batalla entre células de diferentes cárteles de la droga que luchan por el control de la plaza.
Según un reciente estudio de la ONG Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, Acapulco es el municipio más violento de México, con una tasa de homicidios de 104.62 por cada 100 mil habitantes.
afcl