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Oaxaca
“Obedecer a los valores y honestidad necesarios para lograr un cambio real que no se quede en simples promesas. Y gobernar… Gobernar en paz y por la paz tanto tiempo anhelada, con absoluta honestidad y transparencia, con equidad y sin hacer diferencias, con creatividad e inteligencia para lograr el progreso tan necesario para Oaxaca; progreso que impulse un mayor crecimiento económico y sustente la educación”.
Ese fue parte de los compromisos que Gabino Cué Monteagudo hizo el 1 de diciembre de 2010 al asumir el cargo como titular del Poder Ejecutivo estatal.
Seis años a la distancia, las acusaciones de presunto desvío de recursos, obras inconclusas, inseguridad y violencia generalizada, así como la masacre en Nochixtlán y un alto número de feminicidios, son parte de la herencia del mandatario que hizo historia al derrocar al PRI y ganar las elecciones con una alianza de los partidos Acción Nacional (PAN), del Trabajo (PT), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC).
El proyecto
Fue a mediados de junio de 2011 en que Cué presentó su plan de infraestructura, denominado Platino, que incluía una inversión de 50 mil 944 millones de pesos y 13 megaproyectos, entre ellos una presa para generar electricidad, en Paso de la Reyna, Santiago Jamiltepec; una presa e infraestructura para llevar agua a la capital, en Paso Ancho, Sola de Vega; dos unidades deportivas en la capital, un penal de máxima seguridad, un centro de convenciones y la conclusión de las supercarreteras a Oaxaca y hacia el Istmo, entre otros.
Una de las escasas obras que emprendió en los primeros dos años de su gobierno fue el llamado Distribuidor Vial de Cinco Señores, circuito ubicado al sur de la capital que desahogaría el tránsito vehicular. El proyecto fue criticado y rechazado por el pintor Francisco Toledo y otros activistas, por lo que fue modificado, pero a la par se incrementó el costo: de 126 millones de pesos terminó en 208 millones de pesos.
La realidad
Aunque a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), el gobernante hizo suyas las demandas de conclusión de las vías rápidas al Istmo, iniciada a finales del gobierno de José Murat, y a la Costa, emprendida con Ulises Ruiz Ortiz.
A principios de 2016, la concesionaria de ambas, la compañía Ingenieros Civiles Asociados (ICA), se declaró insolvente y abandonó ambos proyectos, que quedaron en poco más de 50%de avance. Actualmente, la SCT busca nuevos concesionarios o en su defecto recursos financieros del sector privado para reiniciar los trabajos.
En Sola de Vega, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el gobierno estatal comenzaron a finales del gobierno de Ruiz Ortiz el proyecto de agua potable Paso Ancho, a unos 100 kilómetros de la capital del estado y que requeriría una inversión cercana a los 3 mil millones de pesos.
Licitada la obra, la inició la compañía Tradeco, que medio año después enfrentó cancelaciones por parte de la Profepa, al violar normas ambientales. Un año después la obra fue cancelada de manera definitiva, debido a un conflicto agrario entre Sola de Vega y San Vicente Coatlán, que se disputan tierras donde se construiría el embalse.
La presa en Paso de la Reina no se inició debido a la oposición de organismos civiles y de derechos humanos; la Unidad Deportiva Poniente de la ciudad de Oaxaca se concluyó con críticas por utilizar recursos del Fonregion para obras no prioritarias, que incluía un estadio sede para el equipo de futbol Alebrijes.
Otra obra terminada y también privatizada fue el Centro Recreativo de Acondicionamiento Deportivo de la capital, en el que los usuarios deben pagar 367 pesos mensuales para tener derecho a gimnasios, alberca y otras áreas.
El Centro de Iniciación Musical de Oaxaca (CIMO), escuela de enseñanza, también fue concluido e inaugurado la semana pasada, pero no se ha puesto en operación.
Con una inversión superior a los 2 mil 642 millones de pesos, los gobiernos federal y estatal abrieron el Centro de Reinserción Social de Mediana Seguridad, en Tanivet, Tlacolula de Matamoros, que fue inaugurado el 30 de marzo pasado pero hasta ahora no se ha puesto en operación. Actualmente licitan a una empresa privada el funcionamiento.
También se inauguró el 9 de noviembre la llamada Ciudad de los Archivos, obra que impulsa con la Fundación Alfredo Harp Helú, pero que continúa en construcción, y a la que se destinan más de 500 millones de pesos.
Un proyecto polémico fue el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca, con una inversión cercana a los 600 millones de pesos, que incluyó la construcción de un estacionamiento con capacidad para 600 vehículos, infraestructura que generó debate porque se edificó sobre áreas del Centro Histórico y aledañas a una zona natural protegida.
Fue este último argumento el que utilizaron activistas, el Frente en Defensa del Cerro del Fortín y el pintor Francisco Toledo para oponerse a la construcción del área del Centro de Convenciones, y al final se canceló el 21 de octubre del año pasado, para trasladarla la sede a la agencia de Santa María Ixcotel, donde apenas tiene cimientos.
Otro proyecto polémico fue el otorgado a la compañía Trena S.A. de C.V., que inicialmente tenía recursos federales etiquetados por 450 millones de pesos, para construir un carril confinado para transporte urbano del poniente al sur de la capital, con una longitud de 8.5 kilómetros. Hasta ayer no se había concluido y, según fuentes oficiales, la inversión superaba los mil 200 millones de pesos.
Sector salud, grave
Otro sector en estado de coma es el de salud, en el que además de conflictos sindicales, quedaron obras sin terminar. Al inicio del sexenio, Cué y sus funcionarios criticaron el más de un centenar de clínicas y hospitales inconclusos que les heredó Ulises Ruiz.
Seis años después, sólo concluyó y puso en operación tres hospitales y algunas clínicas. Un rezago sigue siendo el del Hospital de la Mujer, en San Bartolo Coyotepec, al que le invirtió 500 millones de pesos pero no opera por falta de equipamiento y de personal.
El hospital civil Doctor Aurelio Valdivieso enfrenta serias carencias, paro de labores en distintas áreas y obras inconclusas por 120 millones de pesos.
A finales de septiembre pasado, la Contraloría General del Poder Ejecutivo estatal reconoció en un medio local que el ex titular de Salud, Germán Tenorio Vasconcelos, fue inhabilitado por 80 años para ejercer cargos públicos, debido a múltiples irregularidades en el desempeño de su función durante cuatro años.
Gobierno de buenas intenciones
“Quedaron muchos pendientes, hay mucha inconformidad ciudadana, mucha decepción porque se esperaba mucho de un gobierno distinto al PRI, un gobierno que tuvo el mérito de ganarse el apoyo popular para quitar al PRI del Palacio de Gobierno y anunciar un cambio profundo en las instituciones. No ocurrió de esa manera, permeó mucha corrupción, nula transparencia”, opina el sociólogo Isidoro Yescas Martínez.
En entrevista, expone que uno de los principales reclamos a lo largo de los seis años de Cué fue la opacidad en el manejo de los recursos financieros, las licitaciones a modo de obras y servicios, la nula aplicación de la ley y castigo a Ruiz Ortiz y sus funcionarios.
“Hay muchos déficits en el gobierno de Gabino, quizá habría que reconocer que fue un gobierno de buenas intenciones, pero al final de cuentas de buenas intenciones no se puede gobernar; no ejerció las atribuciones que la ley le facultaba, generó contrapesos dentro de su propio Poder Ejecutivo y complicidades, pero no para beneficiar a los oaxaqueños, sino para saquear las arcas estatales”, señala.
Agrega que otro de los saldos pendientes es la masacre ocurrida el 19 de junio en Asunción Nochixtán y otros puntos del estado, que dejó —según cifras oficiales— como saldo ocho personas fallecidas y más de 200 heridas, y cuya justicia ni esclarecimiento llegaron.
Por otra parte, al cierre del sexenio la inseguridad y las ejecuciones se incrementaron, principalmente en las regiones Costa, Cuenca e Istmo de Tehuantepec: de enero a octubre se tenía el registro de mil 383 homicidios, de los cuales 688 fueron dolosos.
“Lo digo claramente. ¡Ay de aquel que bajo mi mandato anteponga su bienestar personal al del pueblo oaxaqueño!, sentenció Cué en su discurso al iniciar su mandato, palabras que chocaron con la realidad seis años después.