El obispo de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, dijo que la reinstalación de María Gloria Sánchez Gómez y de Rosa Pérez Pérez en los ayuntamientos de Oxchuc y Chenalhó debe ser por consenso comunitario, y que si la mayoría no está de acuerdo, “imponer una decisión federal para que retomen el puesto, lo cual es legal y justo, generaría más conflictos”.
El prelado aseguró que su exhortación es que se prosiga la búsqueda de alternativas para que ambas mujeres puedan tomar posesión con el consenso de las comunidades.
A las dos, afirmó, les ha dicho que reflexionen “si de veras les interesa su pueblo, que vean qué es lo más conveniente porque si regresan por la legalidad, eso traerá enfrentamientos, violencia y sangre, como ya lo vimos el jueves con uno de los ex presidentes, lo cual es muy lamentable y triste”, expresó.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió en agosto pasado restituir a las dos alcaldesas en el cargo, pero al cumplirse la sentencia ambas despachan en San Cristóbal de las Casas.
Presionadas por sus opositores y funcionarios estatales, las dos alcaldesas surgidas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) pidieron licencia y fueron sustituidas; en Chenalhó por el síndico Miguel Álvarez Sántiz y en Oxchuc por Oscar Gómez Pérez.
En medio de los conflictos políticos y sociales en esos municipios de los Altos de Chiapas, el obispo Arizmendi Esquivel expuso que “el problema (para reinstalarlas en el palacio municipal) es que hay conflictos internos en las localidades”.
Ejemplificó que en Oxchuc algunas comunidades apoyan a María Gloria, pero “la inmensa mayoría apoya a otras personas; si ella llegara (a la cabecera municipal) se desatarían graves problemas como lo estamos viendo”.
Ante esta esta situación, dijo que se ha hablado con representantes del gobierno estatal para encontrar otras vías de solución, “pues hay otras formas de restablecer la paz; la legalidad no siempre es lo más conveniente para un pueblo”, sostuvo.
El religioso reiteró su llamado a las dos presidentas municipales para que “lo piensen bien y que si de veras les importa su pueblo vean la mejor forma para evitar derramamiento de sangre, porque hay peligro de muerte, heridos, quema de casas como ha habido y no lo queremos. Que cada quien se ponga la mano en el corazón”, les dijo.
Aunque descartó que el conflicto en ambos municipios esté vinculado con la equidad de género. “No es por ser mujeres, pues las dos son muy capaces, e inclusive María Gloria ya fue presidenta antes. El problema es que hay conflictos internos en las comunidades”, precisó.
Y ante la petición de María Gloria para que medie en el conflicto, el obispo chiapaneco comentó que realizó ya otras ocasiones, y lo haría otra vez si así puede ayudar en la solución del conflicto.
spb