El supervisor operativo de la Policía Municipal de Culiacán narró la escena que presenció al llegar a la zona donde el pasado 30 de septiembre fue emboscado un convoy militar.
“Lo primero que vi fue una escena en la que había vehículos incendiados y muchas personas tiradas heridas o muertas; al acércanos a pie percibimos que eran militares y procedimos a auxiliarlos en sus traslados a hospitales”.
Dicho supervisor fue el primero en responder, junto con un grupo de agentes, a la alerta que se emitió tras la emboscada a los soldados que escoltaban a un herido en una ambulancia.
El oficial, cuya identidad se mantiene en reserva, habló ante los medios de comunicación sobre los sucesos de esa madrugada, en la que fallecieron cinco miembros del Ejército y 10 más quedaron heridos junto con el paramédico que conducía la ambulancia.
Explicó que la operadora en turno del C-4 emitió una notificación de disparos en el fraccionamiento Espacios Barcelona alrededor de las 03:25 horas de ese día, por lo que convocó a una concentración previa de cinco patrullas en la zona conocida como La Canasta.
Una nueva notificación del C-4, emitida dos minutos después, advirtió que había militares en ese lugar y que eran atacados, dijo.
El supervisor operativo narró que tardó cerca de ocho minutos, entre la concentración de una fuerza de 5 patrullas y su arribo al lugar de los hechos.
Lo primero que encontró, dijo, fue una escena de unidades militares incendiadas y varios elementos del Ejército tirados en un radio de 50 metros.
Su primer contacto, precisó, fue con un oficial del Ejército que estaba tirado, herido, a un costado de la ambulancia de la Cruz Roja de Badiraguato, quien lo inquirió si podía confiar en la ayuda que le brindaba para ser trasladado a un hospital.
“El oficial herido fue muy reiterativo sobre si la ayuda que le brindaba para trasladarlo a un nosocomio era segura”.
Precisó que fue a dicho elemento del Ejército al primero que subieron a una patrulla y lo trasladaron al hospital del ISSSTE.
“Después procedimos a auxiliar a cuatro militares más, con lesiones más graves, entre ellos uno que tenía una pierna destrozada, el cual fue colocado en la tapa de la patrulla, encima de una tabla y sujetado de su uniforme por elementos de la Policía”.
A Concepción “N”, agente municipal, con conocimientos de paramédico, se le autorizó usar la ambulancia que quedó en el lugar del ataque para trasladar a tres militares más al Hospital Civil de Culiacán.
En su narración, explicó que con el arribo minutos después de agentes de otras corporaciones policiacas y cuerpos de auxilio, se logró el traslado del resto de los militares que resultaron heridos en la emboscada.
Sobre el paramédico de Badiraguato que conducía la ambulancia, precisó que éste fue enviado a un hospital con el auxilio de un taxista.
Las investigaciones abiertas sobre este ataque al convoy de 17 miembros del Ejército que procedían de Badiraguato, con un herido a bordo de una ambulancia, señalan que se trató de un grupo de hombres armados con fusiles Barrett-calibre 50, con camionetas blindadas y granadas.
spb