La negativa del gobierno de Guadalajara –encabezado por el emecista Enrique Alfaro– a entregar permisos provisionales para vendedores ambulantes durante la verbena popular preparada para los festejos patrios del 15 de septiembre en el centro tapatío, provocó una confrontación entre el edil y el gobernador del estado, el priísta Aristóteles Sandoval.

La versión del gobierno estatal, difundida por su vocero Gonzálo Sánchez, establece que el ayuntamiento de Guadalajara impidió de última hora que se instalaran los comerciantes que habitualmente participan en la verbena argumentando que existe una prohibición impuesta por la actual administración municipal.

Según esta versión de los hechos, las autoridades estatales intentaron que el ayuntamiento permitiera la instalación de los comerciantes para realizar la verbena e incluso se planteó que el gobierno estatal adquiriera los productos de los comerciantes por anticipado a fin de que éstos pudieran ofrecer su producto de manera gratuita y no violentar la normativa municipal, pero el alcalde Alfaro también se negó.

El gobierno del estado difundió copias del permiso otorgado por el ayuntamiento al gobierno estatal para la celebración de los festejos patrios y en ellas se contempla la "instalación de comerciantes posterior al izamiento de bandera".

La administración estatal se dijo sorprendida por lo repentino de la negativa del alcalde y consideró que existió una intención de boicotear la celebración organizada por el gobierno del estado.

Por su parte, el alcalde Alfaro denunció que el gobernador lo llamó para amenazarlo y decirle que de cualquier manera permitiría la instalación de los ambulantes para la verbena; aunque no dijo en qué consistió la amenaza, consideró como preocupante la intención del mandatario estatal de pasar sobre las leyes municipales.

Cuando fue cuestionado sobre su ausencia en el evento convocado por el gobernador en la sede del gobierno del estado, Alfaro Ramírez consideró que cualquier presidente municipal que acudiera a ese festejo estaría haciendo la función de “paje del gobernador”.

En sus redes sociales, el edil aseguró que el gobierno estatal conocía desde antes que no se darían permisos para los ambulantes y aseguró que los comerciantes a los que se pretendía dar acceso estaban afiliados al PRI.

“Tener un centro histórico limpio y ordenado ha implicado un gran esfuerzo para la ciudad (…) han sido meses de trabajo para deshacer las cadenas de corrupción enquistadas por líderes charros que han lucrado por décadas con los comerciantes”, escribió Alfaro en su cuenta de Facebook, para explicar el incidente.

Al final, los comerciantes optaron por retirarse del centro ante la falta de acuerdos.

spb

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