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Activistas y abogados en Cancún ven “una trampa muy grande” en el emplazamiento hecho ayer por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para que, a más tardar el lunes próximo, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) reubique a los animales que sobrevivieron a la devastación de manglares y selva del 16 y 17 de enero pasado en “Malecón Tajamar”.
Dijeron que la presunta artimaña está ligada a la vigencia de la autorización expedida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) el 28 de julio de 2005, prorrogada el 11 de febrero de 2009 y con fecha de vencimiento el siete de febrero, un día antes del plazo marcado por la Profepa.
Completar el Rescate de Vegetación y Fauna que Fonatur realizó parcialmente, también busca –advirtieron- dejar sin materia los juicios de amparo promovidos por diversos ciudadanos, al argumentar que la remoción de vegetación y el rescate de los animales –ya concretado- son hechos consumados.
La abogada Isabel González Glennie sostiene ambas tesis y añade una más: “La Profepa busca curarse en salud, diciendo: ‘Mira, yo los emplacé, estoy haciendo la chamba que no hice antes cuando debí garantizar que el rescate de animales se cumpliera por completo antes de la devastación y no después de ésta. Pero ya emplacé’.
“Recordemos que Profepa, el procurador (Guillermo Haro) y su delegada en Quintana Roo (Carolina García Cañón) aparecen como autoridades responsables en varios juicios de amparo. Es una ‘patada de ahogado’ muy bien planteada”, expresó.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la litigante afirmó que la Profepa debió estar durante la ejecución del desmonte, precisamente para vigilar que no hubiera animales vivos y, en su caso, garantizar que no correrían peligro o reubicarlos en ese momento.
“Pero lejos de eso, se presentaron 10 días después a decir que no encontraron nada de lo denunciado, que no había animales muertos, pero sí vivos, lo cual final confirma que el rescate no se realizó antes de meter la maquinaria”, subrayó.
González Glennie recordó que la suspensión definitiva dictada el 3 de febrero pasado por el Juzgado Segundo de Distrito, ordena que dentro de “Malecón Tajamar” todo debe quedar en el estado en que se encuentra actualmente.
Pese a ello, Profepa emplazó a Fonatur a entrar y sacar a los animales vivos ubicados dentro del polígono, argumentando que está dentro de sus atribuciones, por lo que “la suspensión otorgada no tiene alcance alguno sobre la Procuraduría”.
En opinión de la abogada, los efectos de la medida cautelar sí podrían impedirle a Fonatur dar cumplimiento con la instrucción de Profepa, que en su comunicado de ayer, aclara que el rescate está sujeto a que no exista causa legal o mandamiento jurisdiccional que lo impida.
“Creo que este emplazamiento de la Profepa es una gran trampa que busca darle elementos a Fonatur para escudarse en que no pudo cumplir con la reubicación de los animales, porque hay una suspensión definitiva que lo impide.
“Se justifica ante la Procuraduría, pero también ante la Semarnat, porque la autorización de impacto ambiental, condicionada al rescate de flora y fauna, ya se le vence la próxima semana y no podrán mover nada en Tajamar”, dijo.
La abogada fue más allá, al considerar que Profepa le estaría dando a Fonatur, la excusa ideal para una salida legal que le permita no indemnizar a los propietarios.
“Es una artimaña. ’Yo no cumplí porque me lo impedía la suspensión, entonces que se venzan las autorizaciones sin que hallamos podido cumplir con ustedes, no es nuestra culpa’”, mencionó como un posible escenario.
Por separado, el abogado Carlos Gamboa, quien lleva al menos ocho de los varios amparos promovidos en el caso Tajamar, consideró que Fonatur tendría que tramitar ante un juez, una orden para retirar a los animales vivos que se encuentran en el polígono, “pero no se la pueden dar porque hay de por medio cuatro nuevas suspensiones y la suspensión definitiva, que te dicen que no se puede mover nada”.
Aracely Domínguez, en representación de “Salvemos Manglar Tajamar”, coincidió en que la actuación de la Profepa “es una trampa que da pie a que Fonatur intente obtener prórrogas de facto o concluir sus trabajos y acreditar actos consumados. La verdad de las cosas es que ya no saben cómo arreglar esta telenovela sin guión”.
spb