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En el municipio de San Juan de Sabinas, en la Región Carbonífera de Coahuila, a un costado de la carretera Nueva Rosita-Múzquiz, a la altura del kilómetro ocho, una larga fila de cruces con los nombres de los mineros caídos recuerdan a todos los que transitan por el lugar que no se recuperaron los restos de los 63 carboneros víctimas de la explosión de gas metano en la mina “Pasta de Conchos” de la empresa Industrial Minera México S.A. (IMMSA).
Al dar vuelta en la curva a la derecha y recorrer seis kilómetros más está la mina abandonada. Igual que aquel 19 de febrero de 2006, hoy hace justo 10 años el portón principal de la Unidad 8 “Pasta de Conchos” sigue cerrado.
La reja impide el acceso de las familias que reclaman al gobierno el rescate de los restos de los 63 (de los 65) mineros del turno de tercera que quedaron sepultados en el tiro de carbón debido a lo que, según la empresa fue “una onda expansiva” que provocó un derrumbe en el socavón y dejó atrapados a los trabajadores. Solo dos cuerpos fueron recuperados.
Fue la tragedia que enlutó a la Región Carbonífera de Coahuila, cuya noticia dio la vuelta al mundo, y aunque las familias han reclamado ayuda a las autoridades a nivel nacional y a organismos internacionales para que se reanude la búsqueda de los fallecidos, no han logrado que se les haga justicia.
De nada sirvió que los demandantes consiguieran que se hiciera un nuevo peritaje porque la Procuraduría General de la República (PGR) no pudo llevarlo a cabo debido a que IMMSA consiguió un amparo y estancó el proceso.
VIGILIA, FLORES Y MISA
Viudas, hijos, padres, familiares, amigos, y trabajadores de varias secciones sindicales de mineros, conmemoraron el aniversario luctuoso, con una vigilia que inició a las 2:15 horas de este viernes, colocaron ofrendas florales, prendieron veladoras y pusieron fotos de sus difuntos en el altar que está a un costado de la entrada de la mina.
Luego asistieron a una misa ahí mismo, oficiada por el obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Monseñor Alonso Gerardo Garza Treviño y después a una marcha.
El jerarca de la iglesia católica les pidió reflexionar sobre todo lo que han pasado en esta década y dar gracias a Dios porque “a pesar de la desgracia y el sufrimiento que han padecido lograron salir adelante”.
Les recomendó demandar mejores condiciones de trabajo en las empresas dedicadas a la extracción de carbón y minerales para que no se repitan tragedias como la de “Pasta de Conchos”.
“Hoy Jesús nos invita a pensar en tres palabras: “Cuando nos dicen pidan, busquen y toquen, para cualquier cosa en la vida, en estos diez años cuanto le han pedido y lo que han recibido porque ahora tienen más entereza, una familia… por eso junto con nuestras súplicas le decimos Gracias Señor”, subrayó Monseñor Garza Treviño.
Aunque son las viudas, madres, padres, hijos, abuelos y tíos que se quedaron con los brazos abiertos en espera de poder abrazar al ser amado que jamás volvió a casa, 63 familias no han logrado vivir su duelo.
Por más que lloraron, gritaron y reclamaron fuerte que les devolvieran a sus hombres nunca obtuvieron respuesta y no tienen una tumba a donde ir a rezar ni a ponerles flores.
Después participaron en una marcha de protesta por la avenida Adolfo López Mateos hasta las oficinas de IMMSA, en la zona centro de Nueva Rosita.