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En su primer acto en Morelia, el Papa Francisco exaltó la figura del “Tata” Vasco de Quiroga, misionero y defensor de los indígenas, que fue ordenado sacerdote y de inmediato se convirtió en el primer obispo del estado mexicano de Michoacán.
Durante el sermón, en una misa multitudinaria con seminaristas, sacerdotes y religiosas de México celebrada en el estadio “Venustiano Carranza”, el pontífice reveló que él mismo le pidió al arzobispo local, Alberto Suárez Inda, celebrar la misa con el báculo y el cáliz que pertenecieron a Vasco de Quiroga.
Llamó a cultivar la memoria para no caer en la tentación de resignarse ante un ambiente de violencia, narcotráfico y nulo respeto a la vida humana.
Ante las 20 mil personas, que se estima asistieron a la ceremonia religiosa, instó a la humildad y recomendó mirar “la madera” de la cual todos han sido hechos, porque no todo comenzó con uno ni terminará con uno, por eso hace bien recuperar la historia.
Fue ahí que rescató la figura de Vasco Vázquez de Quiroga y citó unas de sus palabras en una carta pastoral de 1554.
“Me arrancaron de la magistratura y me pusieron en el timón del sacerdocio, por mérito de mis pecados. A mí, inútil y enteramente inhábil para la ejecución de tan grande empresa; a mí, que no sabía manejar el remo, me eligieron primer obispo de Michoacán”, parafraseó.
El Papa recordó su obra como evangelizador y señaló que entre los indígenas lo conocían como “el español que se hizo indio”.
“La realidad que vivían los indios purépechas descritos por él como vendidos, vejados y vagabundos por los mercados, recogiendo las arrebañaduras tiradas por los suelos, lejos de llevarlo a la tentación de la resignación, movió su fe, movió su vida, movió su compasión y lo impulsó a realizar diversas propuestas que fuesen de respiro ante esta realidad tan paralizante e injusta”, destacó.
Aseguró que el dolor por el sufrimiento de sus hermanos se hizo oración y la oración se hizo respuesta, por eso se ganó el nombre de “Tata Vasco”, que en lengua purépecha significa papá.
Según el Papa, también Jesús invitó a todos a rezarle al papá, en el Padre Nuestro, pidiéndole (a Dios) que no deje a los seres humanos caer en la tentación de la resignación, en la pérdida de la memoria, en la tentación de olvidarse de los adultos mayores.
cfe