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A raíz de la muerte de 12 bebés entre los meses de agosto y septiembre en el Hospital Regional Número Uno del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Culiacán, Sinaloa, presuntamente a causa del contagio de la bacteria klebsiella, seis familias que perdieron a sus hijos demandaron a las autoridades federales que no quede impune.

Diversas negligencias médicas, aseguran los padres, derivaron en el contagio de sus hijos mientras recibían cuidados post parto. Después de que ayer los familiares expusieron su caso en las oficinas centrales del IMSS en la ciudad de México, el titular de Prestaciones Médicas, José de Jesús Arriaga, ofreció disculpas a los deudos y se comprometió a seguir con las investigaciones.

La delegación en Sinaloa de la Procuraduría General de la República (PGR) ya recibió 16 denuncias penales por la muerte de bebés en dicho hospital (12 denuncias por bebés fallecidos entre agosto y septiembre, y cuatro en otros meses del año).

“Queremos justicia, queremos saber qué chingados pasó con nuestros hijos”, fue el energético reclamo que lanzó a las autoridades de ese instituto Francisco Javier Cortez Mayo, vocero de la comitiva, y cuyo bebé falleció el pasado 3 de septiembre, a los cuatro días de nacido.

Cortez Mayo detalló que todos estos casos tienen la misma causa de defunción: choque séptico, el cual, afirman, lo originó la bacteria klebsiella, que es muy común en los hospitales y suele atacar a los pacientes con las defensas más bajas, como son los recién nacidos.

Sin embargo, acusan que los médicos del Hospital General Regional de Culiacán nunca tomaron las medidas necesarias para proteger a sus hijos, aun cuando sabían que la bacteria estaba presente en las instalaciones.

“Era un rumor por los pasillos del hospital, que había una bacteria que mataba a los niños; desafortunadamente no fue sólo un rumor. Los médicos ya sabían con lo que estaban tratando y no lo previnieron”, dijo Iveth Verónica Gastélum Muñoz, quien perdió a su hijo el pasado 9 de septiembre, 11 días después de que naciera.

Gastélum agregó que las condiciones de higiene en dicho centro de salud son “deplorables”, y calificó al hospital como un “cochinero”. “Las enfermeras no usan guantes para atender a los bebés, comen dentro de las instalaciones donde están los niños, jamás limpian el piso ni las paredes, no le cambian las batas a las mamás internadas, no limpian los baños, hay sangre por todos lados, es un asco”, recriminó.

“No es válido que la gente vaya a buscar salud y encuentre la muerte”, reclamó la abogada Teresa Guerra Ochoa, quien ha acompañado a los padres en la búsqueda de justicia.

Por su parte, el director de Prestaciones Médicas del IMSS ofreció disculpas a las familias, y se comprometió a investigar los acontecimientos e incluso viajar a Culiacán para darle seguimiento, uno a uno, a los casos.

Los padres acusaron además que las autoridades de la delegación del IMSS en Sinaloa han sido omisas, no les han contestado sus reclamos y ni siquiera les han “dado la cara”, razón por la que consideraron necesario viajar al DF para exponer su caso a las autoridades nacionales del IMSS y también de la PGR.

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