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Ante la posición de los obispos de Acapulco, Chilpancingo-Chilapa y Altamirano, de esta entidad, de dialogar con la ciudadanía, incluidos los grupos de la delincuencia organizada porque según los clérigos son también ciudadanos, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, aseguró que no negociará con grupos que estén fuera de la ley.
El domingo pasado el arzobispo de la diócesis de Acapulco, dio a conocer un comunicado en el que los sacerdotes de las diócesis de Guerrero, se pronuncian por un diálogo con la ciudadanía, incluidos los grupos delincuenciales que operan en Guerrero, porque también son ciudadanos, mientras que el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, dijo estar dispuesto a hacerlo con los grupos delictivos denominados “Los Ardillos”, “Los Rojos” y los “Guerreros Unidos”.
Lo anterior lo dio a conocer el lunes , en esta capital, y llamó incluso al propio gobernador a intentar un diálogo con esos grupos delincuenciales para avanzar hacia la paz y la reconciliación, aun cuando de antemano hizo un llamado a esas organizaciones a que arreglen sus asuntos entre ellos y ya no sigan martirizando a terceras personas.
Ante la posición de los tres obispados de Guerrero, el gobernador de esta entidad, Héctor Astudillo Flores, contestó hoy que está dispuesto a hablar y dialogar con mucha gente, con organizaciones sociales, pero sostuvo que él no va a negociar la ley.
Agregó que su gobierno dialogará con quien sea necesario para tratar de que Guerrero, esté mejor y entre en un periodo de reconciliación, que traiga como resultado la restauración de la paz y el orden, “pero no negociaré la ley”.