MONTERREY.— En Doctor González, Nuevo León, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) inició hace seis años la construcción de un puente elevado para evitar accidentes viales en un cruce de la carretera que va de la capital nuevoleonesa a Ciudad Mier, Tamaulipas; la obra quedó inconclusa y los percances aumentaron al restar visibilidad a los conductores, que deben cruzar la vía.

Es mediodía. Transcurre una hora y sólo seis vehículos han pasado por el tramo polvoriento de 300 metros de la carretera intermunicipal Cadereyta-Doctor González, antes y después de cruzar la moderna carretera Monterrey-Ciudad Mier.

A pesar de la escasa circulación de vehículos por la vía, en 2009 arrancó la construcción del puente de casi 100 metros de largo y siete de altura.

El paso elevado se diseñó sobre la carretera federal 54 para evitar accidentes mortales entre vehículos que transitan veloces en dirección hacia Monterrey o en sentido contrario con rumbo a Ciudad Mier, así como los que deben cruzar la mencionada vía, desplazándose por la carretera intermunicipal Cadereyta-Doctor González, municipios que cuentan con 90 mil y 5 mil pobladores, respectivamente.

El proyecto a cargo de la SCT inició junto con otras obras de infraestructura, para impulsar un corredor que detonaría industrialmente a los municipios de Salinas Victoria, Marín, Pesquería y Doctor González, explicó Elba Lely González Garza, directora de Desarrollo Económico del último ayuntamiento, en el trienio 2012-2015.

Por la misma razón, detalló la funcionaria municipal, a lo largo de los más de 40 kilómetros de la solitaria carretera intermunicipal Cadereyta-Doctor González —entre aisladas casas de descanso y pequeñas rancherías que se divisan a la distancia—, destacan imponentes torres de alta tensión, para la futura industrialización de toda esa comarca semiárida.

Además, el actual gobierno federal, con su programa Mover a México, inició en junio de 2014 la ampliación de un tramo de la citada vía desde el kilómetro 30+25 al 35+125, que registra un mínimo avance; mientras el resto de la carretera intermunicipal es de sólo un carril en cada sentido, con escasos acotamientos, y múltiples baches.

La punta de lanza para el desarrollo proyectado ha sido Pesquería, con la instalación de la acerera Ternium en 2009, que representó una inversión de mil 100 millones de dólares y de la armadora Kia Motors en 2015, que llevará consigo a más de 50 empresas proveedoras, y una inversión global de 2 mil 500 millones de dólares.

La infraestructura carretera y de redes eléctricas, que corre por cuenta del gobierno federal, además de generosos apoyos por más de 4 mil millones de pesos, otorgados por el gobierno de Rodrigo Medina a Kia Motors, para la adquisición de un terreno de 800 hectáreas y la construcción de su planta armadora, ha detonado otras inversiones que permanecen fallidas.

Don Genaro Martínez, un campesino que tiene su casa junto al puente en construcción, reconoce que hay vías asfaltadas con más tráfico que ese tramo de la Cadereyta-Doctor González, y es impensable que puedan contar con un puente con las dimensiones y costos del que se construye por este camino que pasa por Hualiches, donde tienen propiedades familiares del ex gobernador Rodrigo Medina, adquiridas al mencionado ejido.

Comentó que con la instalación de las nuevas industrias en Pesquería, se va a beneficiar mucha gente, principalmente los que tienen dinero; “desde hace mucho acaparan todo lo que pueden, ellos ya sabían, si no agarran el hueso de oquis, lo vienen haciendo desde que nacieron los güeyes, ya lo traen de herencia”.

Al reconocer que solamente pasaron tres vehículos en media hora, y que de no ser por las nuevas empresas y proyectos inmobiliarios en marcha, a nadie se le ocurriría construir un puente elevado, dice don Genaro, “pues la verdad son maniobras centaveras y no me escondo al decirlo”.

Sin embargo, se queja porque no han podido terminar la obra, no obstante que ya hace más de cuatro años que empezaron y ha tenido que soportar “el terregal”, pues vive a poco más de 10 metros del puente en construcción.

Si lo hubieran hecho paso deprimido ya estaría terminado, “pero querían hacer algo grande para poder sacar algo, pues en cada obra sacan su tajada”, dice el recio campesino de 76 años.

Cancelan penal de mina. Desde octubre de 2008 el entonces gobernador de Nuevo León, José Natividad González, planteaba la urgencia de un nuevo penal de máxima seguridad y fue hasta el 14 de julio de 2011, con Rodrigo Medina en el Poder Ejecutivo estatal, que se dio el banderazo para la construcción del reclusorio, proyectado para dos mil 300 internos.

Sin embargo, el pasado 25 de junio, antes de cumplirse cuatro años del inicio de las obras, el entonces tesorero estatal, Rodolfo Gómez Acosta, anunció la cancelación del proyecto, al descartar la federación hacerse cargo del mismo, por los ajustes presupuestales ante la caída en los precios del petróleo.

Los trabajos se habían suspendido hace dos años por falta de recursos económicos, habiéndose invertido solamente 400 de los 3 mil millones de pesos previstos inicialmente, para un proyecto que pretendía aliviar el problema de sobrepoblación penitenciaria que rebasa 50% en promedio en los penales de Apodaca, Cadereyta y Topo chico.

Empero ya para ese momento, el costo andaría en los 5 mil 200 millones de pesos, estimó Gómez Acosta.

Solamente se avanzó en el desmonte y nivelación del terreno, además de la construcción de la barda perimetral, no obstante el ex tesorero expuso que no podría anticipar cuál será el destino final del proyecto, pues la federación estará evaluando periódicamente y quizá se retome en algún momento.

El penal suspendido se edificaría en un terreno de 359 hectáreas, a la altura del kilómetro 45 de la carretera Monterrey-Monclova.

En una primera etapa, se contempló un cerco perimetral de 10 mil 702 metros lineales, así como una barda perimetral con 10 metros de altura y 40 centímetros de espesor para el fallido centro penitenciario.

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