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Enemistades personales y políticas entre los ex presidentes municipales de Tezontepec de Aldama llevaron a parar dos de las obras más importantes para el desarrollo económico y turístico de la demarcación.
La transición de un gobierno perredista a uno priísta y posteriormente panista en este municipio ocasionaron que quedarán inconclusas la carretera El Mogote y el parque acuático El Ensueño.
El perredista Moisés Cornejo Barrera fue alcalde de Tezontepec de Aldama en el periodo 2006-2009 y asegura que las obras beneficiarían a los 50 mil habitantes de este municipio enclavado en la zona sur del estado, pero las administraciones que le sucedieron (la del priísta Clemente Cornejo y posteriormente del panista Asael Hernández) no continuaron los proyectos y perdieron unos 110 millones de pesos.
EL UNIVERSAL constató que la carretera planeada de 18 kilómetros para conectar al Arco Norte sólo tiene un avance de 9 kilómetros y termina en las faldas del cerro El Xicuco.
El proyecto marcaba una inversión de 80 millones de pesos y ya se habían invertido 40 de éstos aportados por los gobiernos federal y estatal.
Guillermo Medina Paredes, director general de Auditoría Municipios y Obra Pública de la Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH), asegura que las obras están en alguna etapa de su construcción, pero no en el abandono.
Más aún, la Secretaría de Obras Públicas informó a la ASEH que la carretera El Mogote se encuentra terminada al 100%.
En el recorrido que realizó este periódico se observó que los primeros kilómetros de la carretera se encuentran asfaltados, sin embargo, hay partes donde el deterioro es evidente y faltan hasta 20 metros de pavimento; en su lugar hay profundos hoyos.
La autorización de los recursos de esta obra se dio en 2009, pero la erogación se reflejó en la cuenta pública de 2015 y se llevará a cabo una inspección física hasta 2016 en tanto no hay observación que pueda realizarse, destacó el director general de Auditoría, Guillermo Medina.
“Las auditorías se realizan de manera desfasada y no se puede intervenir si no se reflejan en las cuentas las erogaciones”, advierte.
Albercas sin agua. Durante la administración del alcalde Moisés Cornejo también se impulsó la creación del balneario El Ensueño en el municipio de Tezontepec de Aldama para aprovechar las aguas termales y el río que atraviesa la región.
Para el proyecto se adquirieron 13 hectáreas de terreno con recursos autorizados por el entonces presidente de México Felipe Calderón.
En la compra del terreno, la construcción de un par de albercas y la maquinaria para olas se invirtieron 70 millones de pesos. La obra quedó a 70% de su terminación.
En este caso, la Auditoría tiene reporte de que el gasto para la obra ascendió a sólo 50 millones de pesos de recursos federales y por lo tanto, deberán de ser las instancias federales las que hagan una investigación, pues con el paso del tiempo la obra se deterioró y está inservible.
“Los recursos que llegan a presidencias municipales vienen de diferentes orígenes; hay participaciones municipales, estatales o transferidas y hay recursos federales que ellos gestionan directamente y que de no ser por su reflejo en la cuenta pública, nosotros no tenemos conocimiento de esta situación. Hoy la Federación incluye algunos recursos en el presupuesto de egresos que antes no hacía, incluso hay algunos fondos que quedan abiertos”, dijo Medina.
Entre los fondos que la Auditoría estatal no puede auditar se encuentra los del ramo 23, sin embargo, ahora el presupuesto de egresos de la Federación los obliga a incluirlos en la cuenta pública, asevera el funcionario.
Tras la cancelación del balneario, la administración panista determinó, hace un par de años, que los terrenos fueran cedidos para una universidad, hecho que no fue bien recibido por los iniciadores del proyecto, quienes buscan retomarlo y comprar nuevos terrenos para el centro educativo.
Fracaso de cuartel. La construcción del cuartel general de la Secretaría de Seguridad de Hidalgo, que inició en 2009, es otra obra en el abandono.
En 2010 la edificación fue clausurada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) al no contar con los estudios de impacto ambiental ni cambio de uso de suelo.
El inmueble se levanta en el Cerro Redondo, área protegida y considerada como reserva natural.
La clausura se dio ante la presión que ejercieron grupos ambientalistas que señalaron la falta de los estudios y manifiestos ambientales.
A 70% de terminarse, el cuartel permanecía clausurado hasta hace unas semanas. De acuerdo con el proyecto, esta obra tenía que haber sido concluida hace cinco años.
En este caso las autoridades de la Auditoría especifican que la obra tuvo autorizaciones de recursos desde 2009; a la fecha se concluyeron cinco etapas, en este proyecto tampoco se tienen reflejadas las erogaciones de la cuenta pública.
“No se tiene la aplicación de recursos, queremos pensar que es por la falta del documento, es decir, hay una normatividad, la ley de obra pública dice, antes de que se pueda reflejar erogaciones, tienes que tener toda la documentación que marca la normatividad”, señala Medina Paredes.
En este caso falta el estudio de impacto ambiental, uno de los primeros documentos que se deben presentar para autorizar una obra.
La inversión de estas cinco etapas alcanzó 53 millones de pesos, pero las autoridades sólo tienen auditado un anticipo de 2 millones 859 mil pesos, que quedaron asentados en la cuenta pública de 2011.
“A la fecha lo único que nosotros hemos revisado es lo que aparece en cuenta pública, sabemos de esta situación y sí la tenemos como algo que pudiera generar cierta problemática, pero no podemos revisarla”, comenta el funcionario.
En estos meses fueron retomados nuevamente los trabajos y se puede apreciar una manta que señala que en el lugar se lleva cabo una etapa más de esta obra, hay algunos veladores y aunque no se observan albañiles, sí hay movimiento y herramientas.