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Juchitán.— El fuerte olor a gasolina golpea el olfato de los habitantes de Juno y Tolosita, agencias de Matías Romero, cuando se localizan a medio kilómetro del Arroyo 60, en la zona norte del Istmo de Tehuantepec. Conforme avanzan se intensifica el tufo.
Los productores y campesinos de 18 ranchos que rodean el arroyo llevan cuatro días soportando el olor del hidrocarburo derramado a causa de una toma clandestina en el poliducto Minatitlán-Salina Cruz, y aseguran que Pemex tardó en responder.
En el Arroyo 60 el personal del Sector Ductos Salina Cruz de Petróleos Mexicanos (Pemex) colocó espuma de recuperación de hidrocarburo vertido, aunque la tardía respuesta, según el departamento de comunicación de la Refinería “Antonio Dovalí Jaime” de Salina Cruz, se debió a que los propios habitantes impidieron en un principio los trabajos.
Al llegar al punto de derrame, los pobladores y rancheros de ambas comunidades estallan contra Pemex, exigen una limpieza intensa e indemnización por los daños ambientales, a las tierras de cultivo y ganado.
“Ellos contaminaron, que ellos limpien. Pero la limpieza no dura una semana, pasan meses y los ríos y arroyos continúan contaminados. A mí me afectan las tierras de pastoreo y cultivo.
En Juno nos dedicamos a la tierra, nuestro ganado come el pasto y baja a beber del arroyo. Pemex nos avisó de la contaminación varios días después, mi ganado de engorda ya tomó esa agua y ahora quizás ya está contaminado”, argumentó molesta Leticia Salas Bernal, productora del Ejido Juno.
Según el agente municipal de Tolosita, Miguel Ruiz Martínez, el derrame ya alcanzó los 5 kilómetros arroyo abajo, hasta el río Jumiapa, y afectó a por lo menos 18 ranchos.
“Tengo el reporte de que existe ganado contaminado. Me indicaron de una vaca que tomó del agua y la leche salió mal. Arroyo 60 es el principal afluente donde beben los becerros de todos los rancheros de la zona. Ya se controló el punto del derrame, pero la gasolina sigue bajando y contaminando”, explicó.
A todo lo largo del arroyo las autoridades y pobladores localizaron peces muertos, los cuales exhiben como muestra de los daños inmediatos del vertido en el agua.
A 20 minutos de Arroyo 20 se localizó el mismo día otra toma clandestina cuyo derrame contaminó una laguna de Boca del Monte, donde el delegado de Protección Civil Tore Knape Macías calculó un vertido de 90 mil litros de hidrocarburo, de las cuales, después de 2 días de trabajo por parte de personal del sector Ductos Salina Cruz de Petróleos Mexicanos se recuperaron 48 mil litros.
La organización Unión de Comunidades de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni) asegura que con esto suman 8 arroyos contaminados en la zona norte del Istmo de Tehuantepec en 10 años.
La fuga de hidrocarburo que, argumentaron, se da por diversas causas, muchas de ellas por el robo de combustible, ha causado daños durante una década a ríos como el Sarabia, Almoloya y Juñapan, sin que las afectaciones hayan sido remediadas, pues Pemex sólo se “enfoca” a acciones superficiales de limpieza.