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Franco Escamilla dice que ser comediante no tiene el glamur de un rockstar, sin embargo, sí reconoce que su vida ha cambiado gracias a su trabajo como standopero.

“Tampoco le voy a jugar al humilde, porque sé dónde estoy parado y estoy eternamente agradecido. Mi vida a cambiado para bien”, dice en entrevista vía telefónica.

Con el placer de joder a la gente, Escamilla hace reír a toda clase de público con anécdotas que van desde su familia hasta los gustos musicales no sólo de la gente sino de él mismo.

“Las (canciones) que no me gustan son las de música banda y reggaetón, no las odio, simplemente las desprecio, porque odiarlas seria como anhelarlas... me gusta hacer enojar a la gente que le gusta, porque ellos se enojan muy fácil. Me gusta mucho tocar su botón, me gustan hacerlo, más por joder que por otra cosa”, agregó.

Curtido en el humor regio, Escamilla estrena su programa especial de una hora en Comedy Central Presenta: El comediante del sombrero, hoy a las 22:00 horas.

Ahí hablará de distintos temas y mostrará un poco de lo que está hecho su humor. Y es que las críticas alrededor del stand up siguen presentes.

“Yo creo que tienen razón en el sentido de que todos ellos se suben a contar su vida. No es que sea fácil hacer comedia. Porque no lo es, porque los primeros años son horribles, porque hay veces que no sacas ni una risa, y no ganas mucho o a veces no ganas nada. “Entonces no sabes si eres bueno o no, ser comediante requiere de práctica, de esfuerzos. Tal vez haya gente que sea la persona divertida de la oficina, la que haga los chistes, pero creo que ellos deberían de subirse a un escenario y ver lo que es hacer reír a la gente”.

Es así como poco a poco Escamilla ha logrado ser parte de la ola regia del humor, la cual, a decir del comediante es gracias a una vieja guardia de cómicos que han hecho popular el humor de los nacidos en Monterrey.

“Óscar Burgos es uno de esos que me han inspirado a seguir adelante, ha sido de los que han demostrado que con disciplina y trabajo se pueden hacer cosas muy buenas”, explicó.

De entre las estrategias que lo han consolidado como uno de los stand uperos más importantes del momento (es el primero que ha tenido dos shows en el escenario del Auditorio Nacional) es su constante presencia en las redes sociales.

Ahí, los videos hacen que la conversación entre sus seguidores fluya y llegue a más público.

Incluso reconoce que el público de la Ciudad de México y Guadalajara es uno muy educado, que está dispuesto a escuchar y eso hace que a veces no sepa que rutina es buena o no.

“Ellos te aplauden y te escuchan, en Monterrey son distintos porque, si a la primera no los haces reír, te bajan. En Estados Unidos el público quiere escuchar a alguien que tenga el humor de su casa, de su país”, agregó.

Inspirado en su familia. Franco Escamilla dice que su principal fuente de inspiración para su stand up es su familia, que ellos son aquellos quienes le dan los mejores momentos, aunque reconoce que él como padre no es muy tradicional.

“Los quiero mucho a los dos. Cuando tienes un hijo varón es tu carnalito, y cuando tienes a una niña es una princesa. Mi principal fuente de material son mi familia. A la gente le gusta porque le gusta sentirse de la familia, de la anécdota.

“Respecto a mis hijos, mi esposa siempre me regaña porque no los trato como si fueran mis hijos, porque mentalmente no les llevo mucho, soy como ellos, sólo que en grandote”.

De entre las cosas que se perciben de Escamilla es que es “mam...” y ante eso se ríe. “Toda la vida, por eso mis amigos dicen que no se me sube, porque a mí se me subió desde que nací. Y creo que es un tema del acento, porque es fuerte es golpeado y yo como soy adoptado, se me da la cuestión regia”, agregó entre risas.

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