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“En esta Navidad lo que yo recomiendo es traer chavitas de veintitantos ¿verdad? Carnita fresca”, dice Paco (El Burro Van Rankin), el cuarentón divorciado que tras su separarse de Rocío (Mónica Huarte) ha tomado un gusto por las de 20, todo lo contrario a su hijo Fran, que gusta pero de mujeres de 40.

“¡No, no, no! Vamos a hacer una cena familiar en donde yo voy a cocinar, la Toña se va a quedar en la cocina ... (risas)”, agrega Rocío entre el escándalo de esta familia disfuncional en donde la Toña (Michelle Rodríguez) es la “dueña” de la casa en la que viven, una empleada doméstica con mucho humor.

Así, tratando de explicar entre gritos, risas, propuestas de entrar al Tínder esta Navidad y otras cosas que pasan en una familia tan particular como esta los actores de la serie 40 y 20 compartieron con EL UNIVERSAL la experiencia de este trabajo que tras su éxito en Blim ha llegado a la pantalla abierta de Televisa y ahora prepara nuevas temporadas.

Para los actores la razón del gusto del público es muy simple: ¿quién no se ha enamorado de alguien mayor o menor por muchos años a él? ¿Cuántas mujeres se enfrentan a sus cuarenta a un divorcio, a comenzar de nuevo y dejar lo otro de lado?

El Burro Van Rankin se dijo sorprendido de todo lo que ha pasado en torno a esta serie.

“De repente me dijeron ya va a televisión abierta, y yo juré que iba por canal cinco pero cuál va siendo mi sorpresa que sacaron el programa de Arath y a se fue al canal Las Estrellas; creo que es un buen regalo para cerrar este año, creo que es algo increíble para mí, para todos”.

La segunda temporada se estrenó el 2 de diciembre pasado pero el actor confirmó que habrá tercera y cuarta. Gustavo Loza, su productor y director aseguró que una de las claves de esta serie ha sido realizarla lo más realista posible, alejado de los modelos establecidos por la televisión.

“Claro que es un humor diferente al que el público mexicano está acostumbrado porque durante muchos años a ellos se les han dado programas de comedia hechos por comediantes, no necesariamente por actores, muy en el tono fársico, muy llevados hacia el pastelazo y está bien, ha funcionado pero yo no entiendo la comedia así”.

Mónica Huarte, por su lado, habló de Chío, esta mujer divorciada para la que es tan difícil soltar.

“Lo que me gusta de la Chío es que ves a un personaje que ya superó todo, que está poniéndose en forma pero en realidad es frágil y está queriendo regresar y no sabe cómo y le duele que su ex marido esté con alguien má, tiene varias capas”.

Al hablar de los roles femeninos, Gustavo dijo que podría pensarse de alguna manera que 40 y 20 es un producto masculino pero en realidad hombres y mujeres juegan papeles con igual peso.

“La mujer no necesita empoderamiento (en las series), empoderada ya está” dijo.

Lo que sí fue una determinación desde el principio de este proyecto fue el tema del racismo y clasismo.

“Hay una persona de estrato social bajo que es la empleada doméstica es una integrante de la familia, maneja la casa, no es la sirvienta que te muestran en la tele, es la muchacha que se viste como Dios le da a entender, como ella puede y habla de tú y baila y echa desmadre y se pone peda”.

En cuanto a las futuras temporadas Loza aseguró que nada tendrán que ver con la primera, pues han analizado los errores y los aciertos, así como el papel de cada personaje.

Con dos temporadas seguras por delante, el director también es claro con no extender la serie más de lo necesario.

“Al final yo no decido. Si yo tuviera lo decisión (del futuro de la serie) creo que lo único que me quedaría es ser lo más honesto y decir: hasta aquí llegué, ya me agoté, ya me aburrí, siento que ya le estamos dando vuelta a lo mismo y si no hay frescura mejor ya vete”.

Los actores estuvieron de acuerdo e incluso El Burro dijo que se tiene que ser completamente honesto y no “por ganar 20 pesos más vas a ser deshonesto. La que importa aquí es la gente, no la serie”.

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