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cristina.pineda@eluniversal.com.mx
Los Ángeles.— “El Chapo es poca cosa al lado de Pablo (Escobar)”, afirma José Padilha, director de Narcos. Sin embargo, el narcotraficante colombiano más popular morirá durante la segunda temporada, lo que dejará abierto el panorama de la serie.
Aunque los creativos no dan detalles al respecto, comentan que México ocupa un papel muy importante para la trama —que estrenará sus nuevos episodios a partir del 2 de septiembre en Netflix—, por lo que no negaron que el transcurso de la tercera temporada el país podría aparecer en el mapa y con él, sus máximos representantes en el tema del narcotráfico.
“No tenemos la libertad para decir cuál es el plan después de esto, pero el papel de México realmente es muy importante porque está al lado de Estados Unidos.
“La historia de Pablo Escobar enseñó a los traficantes de droga que si se lucha en Estados Unidos, no vas a ganar porque se tienen más armas, más dinero y más poder. Los colombianos pensaron que en lugar de enviarlo a Miami o a Los Ángeles lo hicieran a México y dejar que los mexicanos se ocuparan de hacerla llegar a Estados Unidos. ¿Y qué es lo que pasa con la violencia? Se va a México”, explica Padilha.
El productor Eric Newman señala que en el mundo existe una postura colectiva sobre que el problema con las drogas se ha tratado de forma inapropiada, por lo que intentan ser balanceados en su propuesta al no creer que hay buenos y malos en esta guerra.
“La aplicación de la ley siempre va a interesante porque aún en la etapa después de Escobar la cocaína subió. Hay más cocaína que entra en el país ahora y ha crecido cada año independientemente de quién es asesinado y quién está en la cárcel. Es un problema que no se va a terminar.
“Tenemos una broma con la intención de parar cuando la cocaína se termine. Esa es la razón por la que llamamos al programa Narcos y no Pablo Escobar. Hay otros vendedores de drogas y hay alianzas que se forman contra Pablo; una multitud de historias que pueden ser abordadas”.
Lo complementa el director José Padilha al enfatizar que nunca se pensó en hacer una serie sobre Escobar, por lo que ahora tienen que desprenderse de él dejando en claro su lugar como el del hombre que creó un negocio con el tráfico de drogas.
“A falta de una palabra mejor, él es el padre fundador de este negocio. Pero la serie es acerca de la cocaína. Se trata de los traficantes de droga y el hecho de que podamos ampliar esa perspectiva y hablar acerca de todos estos distintos personajes nos permite tener un punto de vista crítico acerca de las políticas que Estados Unidos y otros países tienen hacia las drogas, el cual es matar a los suministros pero no atacar la demanda, lo que la hace una historia repetitiva”, argumenta Padilha.
La despedida. Pero para hasta ahora el protagonista, el actor brasileño Wagner Moura, las consecuencias van más allá, así que también cuestiona a las autoridades.
“Es importante para todos, incluso para la gente de México. ¿Esta guerra con las drogas realmente está ayudando?, ¿cuántas personas están muriendo por sobredosis? Nosotros tenemos que empezar a tomar medidas por estas cosas”.
La segunda temporada de Narcos, que constará de 11 capítulos, es para Wagner Moura especial porque dice adiós a uno de los proyectos más importantes de su carrera y al que le dedicó gran parte de su tiempo dando vida a Pablo Escobar.
En su opinión, la primera temporada de la serie abarcó 15 años de negocio, lo que la hacía épica, pero ahora se hará más dinámica y dramática porque el enfoque será en el carácter de su personaje y su caída.
“Es una temporada en donde vamos a empezar a ver su caída. Tuve que lidiar con emociones con las que realmente no sabía cómo él podría reaccionar y entonces me tuve que poner en sus zapatos; no sabía cómo era perder el poder, perder dinero y tener a su familia en peligro, siendo perseguido en lugar de perseguir. Vamos a ver a un Pablo muy vulnerable”.
La psicología de Escobar, detalla Wagner, era la de ser amado y aceptado, por lo que al perder esto no se sentía feliz. Era carismático, con sueños (como convertirse en presidente) y un hombre de familia completamente amoroso con los niños, por lo que desde las primeras conversaciones se pensó mostrar esa dirección.
“Quisimos mostrar el lado entre el hombre malo y lo que él realmente era. Nunca se dio por vencido. Tenía los pies en la tierra y tuvo una negación, pero sabía lo que le podía pasar”.
El brasileño se dice respetuoso con cada detalle porque no es un show hecho solamente para Colombia sino para todo el mundo a través de las plataformas de Netflix. Tan serio se lo tomó que incluso fue a vivir con sus hijos a Colombia y tomó clases de español hasta dominarlo.
“Tuve que aprender el idioma, aunque todos los actores venían de México, Chile, Argentina o España, ninguno de nosotros tenía el acento que se usa en Colombia. Por supuesto que al ser el personaje principal la mayoría de las críticas vinieron sobre mí”.