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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Ha cantado ante más de 10 mil personas en estadios de Sudamérica; un video armado por fans de una canción grabada por él hace 23 años supera el millón de visitas en varios canales y nunca faltan las invitaciones a bodas para interpretarla.
Ricardo Silva Elizondo es por ahora uno de los artistas “sin rostro” más adorados en el mundo de la canción anime, gracias al opening de Dragon Ball Z, serie televisiva cuya nueva cinta se estrena el próximo día 19.
“Recibí 600 pesos (en 1992) por grabarla y lo hice en media hora”, recuerda este hombre de 61 años, quien estudió en la Escuela Nacional de Música.
En los últimos 15 años prácticamente ha visitado convenciones de comics, donde reparte autógrafos hasta por una hora y programas de tv en las que canta el tema que no pasa los dos minutos de duración.
“Hay quien se me para enfrente y sólo me pide que lo abrace, porque con la canción vivió su infancia”.
Pero no es alguien improvisado y que vive de una sola rola.
Es la voz tras las canciones de apertura de otras series de ánime comoSupercampeones (“Hero”) y Las tortugas ninja o de canciones en otras como la japonesa Pokémon (“Siempre juntos”).
Sus cuerdas vocales se escuchan en la canción de Winnie Pooh, en películas comoShrek o ese anuncio que por años sostuvo Profeco con el estribillo “si de precios se quiere enterar, sólo un número tiene que marcar”.
Silva Elizondo comenzó su carrera en la década de los 70 en Operación Convivencia y luego, en los 80, se convirtió en el solista del grupo que estaba en el semanal Siempre en domingo de Raúl Velasco.
“Como era una orquesta muy prestigiada, iban los músicos que acompañaban a los cantantes que venían a México, puros maestros, así que fui aprendiendo”, relata.
Contador de profesión, Mary Poppins fue su entrada al cine de las grandes ligas cuando Francisco Colmenero (voz de Papá Pitufo) buscaba alguien que supiera de música.
Aprovechó la oportunidad. Llegó a ser director musical en la empresa Estrellita de doblaje que practicamente tomaba todo de los estudios Disney, siendo uno de los afectados por la huelga originada por el cambio de voces en Los Simpson.
“Los apoyamos, nos ganaron y me corrieron”, cuenta sonriente.
Aprenderse las canciones. La explosión de las convenciones lo tomó desprevenido. Los fans comenzaron de pronto a preguntar quién era el cantante, al parejo de las voces de sus personajes de Dragon Ball y fue cuando comenzaron a invitarlo.
“Me decían: sólo canta Digimon, Supercampeones y Dragon Ball y ok, como van (risas).
“Cuando nos enteramos que había versiones largas, además de la que salían en tv, comencé a escribir las adaptaciones, lo más importante era ver lo que aparecía en la serie porque hay quienes se sienten ofendidos si no tiene nada que ver”, apunta.
Ahora mismo afina detalles para una presentación, este mes, con orquesta sinfónica, y junto con unos amigos prepara un disco con temas de series.